La evolución humana, una asignatura «de futuro»
La Fundación Atapuerca y la UBU trabajan en un documento que llevarán al Ministerio de Educación para implantar la 'ecología social' como materia en los colegios
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PEDRO SEDANO
Burgos
La Fundación Atapuerca y la Universidad de Burgos (UBU) están elaborando un libro blanco que entregarán al Ministerio de Educación el próximo verano para que se implante una asignatura troncal de ecología social, basada en la aplicación de los nuevos conocimientos científicos sobre evolución ... humana.
Según detalla uno de los participantes en la elaboración de este libro blanco, el vicerrector de Relaciones Institucionales, Cultura y Proyección Social de la UBU, Delfín Ortega, se trata de llevar los conocimientos científicos sobre evolución humana y los conceptos de «autoecología social y evolución autoconsciente» al sistema educativo, que sigue «anclado en una concepción decimonónica en la que se estudia la prehistoria como el pasado sin relacionarlo con el presente y mucho menos con el futuro».
Tanto el libro blanco y como la solicitud de esta nueva asignatura troncal persiguen el mismo fin: lograr que «la investigación científica vaya de la mano con la ciencia escolar» y que llegue a las escuelas. De este modo, se trabajaría en la transposición didáctica del concepto de Autoecología Social Humana en los currículos oficiales de todos los niveles educativos: Infantil, Primaria, Bachillerato, Formación Profesional y Universidad.
Este logro supondrá, en palabras del vicepresidente de la Fundación Atapuerca, Eudald Carbonell, «un cambio cultural» que va mucho más allá del ámbito de Burgos o de Castilla y León, ya que supone «un mensaje de especie», de carácter universal. De hecho, el vicepresidente de la Fundación Atapuerca detalla que el libro blanco pretende ser una guía para la implantación en toda España de una nueva asignatura troncal en todo el sistema educativo, desde Educación Primaria hasta la Universidad y se muestra confiado en que el Ministerio de Educación aceptará su propuesta.
Acuerdo con la UBU
La elaboración de este documento es uno de los compromisos que se incluye en un protocolo firmado por la Fundación Atapuerca y la UBU que pretende servir de paraguas para un aumento de la, ya actualmente estrecha, colaboración entre ambas entidades. Contempla, como líneas generales, el impulso del citado concepto de «autoecología social», el diseño de programas formativos y la promoción de proyectos vinculados al turismo de evolución patrimonial.
El convenio fue sido suscrito en la sede de la Fundación Atapuerca por el presidente de esta entidad, Antonio Miguel Méndez Pozo, y el rector de la UBU, José Miguel García Pérez, que insistió en la importancia de contar con este marco para detallar en el futuro más proyectos de colaboración.
Con una vigencia inicial de cuatro años prorrogables, el acuerdo se desarrollará mediante convenios específicos que detallarán los proyectos concretos de colaboración. Para su seguimiento se constituirá una comisión mixta, formada por representantes de ambas entidades, que velará por el cumplimiento y desarrollo de las iniciativas.
La firma tuvo lugar en el Laboratorio Reina Sofía del Centro de Investigación Emiliano Aguirre de la Fundación Atapuerca, en Ibeas de Juarros. El acuerdo fue suscrito en un acto al que también asistieron Eva Manrique Martínez, directora general de la Fundación Atapuerca; Delfín Ortega Sánchez, vicerrector de Relaciones Institucionales, Cultura y Proyección Social de la Universidad de Burgos e Igor Parra, arqueólogo y autor junto a Carbonell del libro 'Teoría de la evolución social humana. Epigénesis y tecnología para supervivencia eficiente de la humanidad', que apunta algunos de los principios a desarrollar en el libro blanco de una manera más práctica y aplicable al sistema educativo.
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La divulgación de los conocimientos sobre evolución humana obtenidos en los yacimientos de Atapuerca ha sido desde el primer momento un empeño de los investigadores. Los hallazgos en las excavaciones y su estudio han modificado paradigmas de la ciencia que se consideraban prácticamente definitivos, como el retaso en decenas de miles de años del momento en el que aparecen los primeros homínidos en el continente europeo.
«Ese conocimiento no está llegando aún a los centros educativos, pero, sobre todo, falta el análisis sobre la evolución para perfilar escenarios de futuro de la especie humana y tomar medidas para mejorar en lo posible ese futuro», señalaron durante la rueda de prensa. Ese es el punto de partida de la mayor parte del trabajo que está desarrollando en los últimos años Eudald Carbonell. En esta idea encaja también el futuro Centro de Prospección de la Especie, desde donde se quiere analizar el futuro de la humanidad.
La idea es crear estas instalaciones en un edificio que ya pertenece a la Fundación desde hace años: el antiguo hospital de peregrinos, en la localidad de Atapuerca. De momento, la fundación cuenta con la colaboración de la Diputación (que aportará 350.000 euros) y ya se ha encargado el proyecto, aunque siguen ultimando detalles y captando fondos para su financiación.
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