Suscribete a
ABC Premium

VÍA PULCHRITUDINIS

Sorpresas

Pregunté a los alumnos qué les parecía la idea de renunciar al uso de los portátiles y hablar, simplemente hablar

Pobres

Pixabay
David Frontela

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El lunes me enfadé muchísimo. Me enfadé como no recordaba haberlo hecho desde hacía muchísimos años. La historia se remonta a dos meses atrás, cuando comenzó el curso y en el aula reinaba un silencio sepulcral sólo interrumpido por el teclear de los ordenadores. Los ... alumnos acudían a clase en un espacio privilegiado, único y magnífico como es el aula de una universidad pública, pero simplemente no estaban. Un grupito de chavales atentos, de esos que preguntan, cuestionan y hasta se te encaran eran mi tabla de salvación frente a los que empotraban sus gafas ante la pantalla de sus portátiles. Sí, puede que si usted ya estudió hace años no lo entienda pero ahora desde la tarima no ves las caras de los chicos sino la marca del ordenador por el que los padres de la criatura han empeñado uno de sus riñones.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia