RUIDO BLANCO
Alma Máter
Ninguna otra región tiene ese poder de atracción que convierte a esta tierra en el aula de España
¿Ideología o democracia?
El guía ciego
aHan pasado un puñado de siglos desde que en esta tierra germinó la semilla de lo que hoy entendemos como España cuando en Madrigal de las Altas Torres nació una niña de nombre Isabel que, a pesar de no estar llamada a gobernar, terminó convirtiéndose ... en la reina de las reinas españolas y el personaje más relevante de toda nuestra historia. Sin aquella Castilla es imposible explicar España y rozando el primer cuarto del siglo XXI la actual Castilla y León continúa siendo el alma mater de este país desorientado que últimamente anda empeñado en coserse a remiendos y garrotazos. No solo porque aquí se aprende España al pasear por las calles, ambición y humildad hundiendo la vista en el horizonte o historia al revivir puntualmente las tradiciones. No solo porque su patrimonio natural y cultural atrae a más de cinco millones de visitantes cada año siendo la autonomía líder del turismo de interior.
Castilla y León persiste desafiante como refugio cultural continuando el legado que supuso tener las primeras universidades españolas con el Studium Generale de Palencia de 1212 y la Universidad de Salamanca en 1218. Así, además de la mejor enseñanza básica también debe presumir de unas universidades donde el treinta y seis por ciento de sus alumnos provienen de otras comunidades. Ninguna otra región tiene ese poder de atracción que convierte a esta tierra en el aula de España. Un orgullo y una responsabilidad histórica que Castilla y León carga sin necesidad de aspavientos. El reto mayúsculo es dejar de ser tierra de paso. Paisajes y monumentos para un turismo que escapa de la gran ciudad o la masificación de las playas como respiro ocasional que no abre casa, ni llena colegios ni mantiene centros de salud. Tierra de paso también en la vida de universitarios propios y ajenos que con la mente colmada de conocimientos huyen enseguida en busca de oportunidades. Igual que cuenta su glorioso pasado con resignada melancolía es recuerdos y casi nunca proyectos para una España que se forma aquí pero brilla lejos. Castilla y León, granero cultural de España, siempre para después perder cada nueva cosecha.
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