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Valladolid despide a un gran intérprete y «muy querido» maestro de actores

El Teatro Zorrilla acoge la capilla ardiente de Juan Antonio Quintana, fallecido a los 83 años

Juan Antonio Quintana, junto a la placa que le dedicó el Teatro Calderón de Valladolid C. M.

H. Díaz

«No os dejéis engañar que la vida es poco. Bebedla a grandes tiempos porque no os bastará cuando hayáis de perderla». Juan Antonio Quintana (Zaragoza, 1939) eligió esta frase de Bertold Brecht, para ilustrar la placa que el Teatro Calderón de Valladolid le ... dedicó en 2000 por sus más de tres décadas de trabajo sobre los escenarios. Confesó entonces que intentaba que fuese su filosofía de vida. Entusiasta, vitalista y amante de la escena, tal y como trataba de transmitir siempre que tenía ocasión, no se apeó de ella hasta que en 2016 la traicionera enfermedad de párkinson le obligó a hacerlo. Ayer se fue para siempre. Moría a los 83 años de edad por causas naturales y lo hacía en su querida ciudad, Valladolid, porque aunque no era vallisoletano de nacimiento sí de adopción y presumía de ello. Quería a su ciudad y allá por donde fuese presumía de ella: «Trabajar en Madrid es ser un poco embajador de la tierra sin perder las raíces», señalaba en una entrevista en este diario hace más de dos décadas.

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