Francisco Igea: «Ciudadanos no se va a acabar aunque nos linchen unos y otros»

—¿Cómo se encuentra tras pasar el Covid?

—Bien, bien... He pasado prácticamente un catarro más.

—¿Ha podido venirle bien electoralmente este positivo?

—Soy un ciudadano más... No tengo ni más beneficio ni más pérdida por esta situación. Espero que la gente nos vote por lo que contamos y proponemos, no por lo que pasamos.

—El lema de Cs es ‘El valor de la palabra’ en referencia a que son los que dicen la verdad como usted dice día tras día. ¿Creerse en posesión de la misma no es un pecado capital?

—(Ríe) ¿Lujuria? ¿Gula?

— Quizás soberbia...

—No somos soberbios. La gente ya no cree en los políticos. Se vive un espectáculo permanente y nosotros queremos decirles que se puede hacer de otra manera.

—¿Pero alguna vez habrá mentido?

—A mí me ha tocado estos años contar las cosas de forma que la gente las entendiese y transmitir la sensación de un gobierno estable, fuerte y tranquilo que no generara más inquietud de lo que ya tenía la población. Pero eso no es mentir.

—Otra de las bazas a la que apelan para conseguir el voto es la buena gestión que han hecho sus cargos en el Gobierno de coalición. ¿Algo harían bien los consejeros del PP?

—No creo que me haya oído nadie hablar mal de un solo consejero del PP. Del presidente no es que hable mal, sino que solo cuento lo que ha pasado. Pero nosotros hemos tenido una relación muy buena con el resto de miembros del Gobierno. Han pasado momentos muy duros en este infierno y les tengo un aprecio personal.

—Pero sigue usted tan enfadado con Alfonso Fernández Mañueco como el día que anunció la convocatoria de elecciones cuando se refería a él casi con odio e ira, otro pecado capital.

—(Interrumpe). Yo no le odio porque no tengo ninguna relación personal con él. Para odiar a alguien tienes que haberle querido. A mí me produce mucha tristeza lo que ha ocurrido y luego me enfada o me irrita, llámalo como quieras, el trato que se ha tenido con una población que se ha comportado de una forma heroica y que ahora le haces esto por tu puto interés.

—¿Mantiene el veto a la investidura de Mañueco, pero parece que ha liberado a Tudanca de ese ‘castigo’?

—Lo que he dicho siempre es que Tudanca se ha puesto el veto él mismo cuando presentó una moción de censura contra nuestras políticas. Yo no puedo llegar a acuerdos con alguien que niega toda mi política. No es un problema personal con Tudanca. Esa es la diferencia con el caso de Mañueco. Si ahora cambian... Bueno, pues el que ponga más en la balanza.

—Es decir, ¿si el candidato popular renuncia a ser el presidente ustedes apoyarían al PP antes que al PSOE si tuvieran el peso necesario?

—Sí, porque nuestras políticas son más cercanas. Somos un partido liberal que tiene unas propuestas en las que nos es más fácil encontrarnos con unos que con otros, aunque es verdad que hay cosas que no compartimos con el PP. Mientras, el PSOE ha estado frontalmente en contra de lo que planteamos y todo el mundo sabe lo mal que pienso del sanchismo. Es cierto que es la primera vez que marcamos en campaña que la deshonestidad no puede ser premiada y los ciudadanos tienen la oportunidad de demostrarlo, aunque habrá gente que vote a Mañueco y dé por buena la mentira.

—¿Pero considera lógico y factible que alguien tenga que apartarse solo porque ustedes lo exijan?

—Lo imagino perfectamente. ¿Usted cree que su partido va a estar muy feliz si ve que ha pasado de una mayoría estable con un partido liberal a tener prácticamente los mismos escaños y haber organizado este lío? Es de las cosas más idiotas que le he visto a hacer al PP, que no creo que esté muy contento de cómo le van las cosas.

—Lo que no me cuadra es que usted diga que están cerca de conseguir contar con grupo parlamentario —5% de votos y tres escaños— y crea que puedan ser claves.

—Vamos camino de lograr cinco o más procuradores y seremos decisivos entrando en el futuro gobierno.

—¿En el que podría estar toda la izquierda, algún partido localista, los leonesistas...?

—Puede haber sumas de muchas clases y condiciones. Nadie en esta comunidad duda de cuál hubiera sido el resultado de unas elecciones si nosotros hubiéramos ido en una lista conjunta con el PP.

—¿Cuál hubiera sido?

—Una mayoría absoluta sobrada con 50 escaños. La estrategia del PP, que es un desastre, es la de poder pactar únicamente con Vox renunciando a la esperanza y la ilusión de convencer a los españoles de que existe la posibilidad de un gobierno mayoritario sin el extremismo y el populismo. Lo que hace Casado con esta convocatoria no es solo utilizar a esta comunidad de una forma bastarda, sino matar la esperanza de que existe una alternativa al sanchismo que no pase por Vox y eso es letal para este país.

—Lleva usted unos años a un ritmo nada recomendable. ¿Podría ser el último servicio a la política si las cosas no le van bien?

—No. Lo que hasta mi salud me pide es seguir peleando por mis ideas. En esta campaña tan difícil y complicada soy más feliz que nunca. Hacer lo correcto, salga como salga, es una gozada.

—¿Y se siente usted ahora mismo como la última esperanza para evitar que Cs desaparezca?

—Ciudadanos no se va a acabar ni va a desaparecer. Nadie ha puesto pie a tierra para ocupar un espacio en el que bien, mal o regular solo estamos nosotros. Es una zona templada que cree en el acuerdo, que no está en ninguna trinchera, pero también es el lugar muy jodido porque te pegan tiros, te insultan y unos y otros se permiten el lujo de lincharte en las redes y en los medios.