Éste es el perfecto menú de Navidad, según dos nuevas estrellas Michelin

Siempre hay ciertos platos o delicias que no pueden faltar en las mesas castellano y leonesas. Para Óscar García, algo imprescindible para cualquier velada sería el lechazo «ya sea hecho de la manera más tradicional o actual» sin olvidarse de un buen postre para dejar buen sabor de boca. Unas peras al vino, un plato «muy de toda la vida» y que puede ser un buen cierre para la cena.

Por su parte, Miguel Cobo, apuesta más por «un buen embutido», sobre todo aprovechando los grandes tipos de jamones que existen en una comunidad como Castilla y León, como son el jamón de Guijuelo, y también un buen jamón de bodega , «como puede haber en Burgos o en León, es algo imprescindible para las mesas castellano y leonesas». Y para el postre, la elección primordial de este chef, además del típico turrón de estas fechas, algo esencial son «unas buenas almendras garrapiñadas».

Con la tradición por bandera, «sobre todo al cocinar en casa», García completa su menú ideal de las navidades «con unas buenas anchoas, tomate y aceite para acompañarlas , algo de marisco, como pueden ser unas almejas en salsa verde, un consomé para entrar en calor, una merluza o lubina y, para finalizar, un poco de carne, como puede ser un buen pichón de Tierra de Campos o un buen cordero».

Cobo, sin embargo, empezaría con unos berberechos al vapor o unos buenos mejillones «que están en temporada» , un buen caldo de la abuela «que no puede faltar en Navidad porque es siempre lo que recuerda a la tradición de la familia», y coincidiendo con Óscar García, acabar con una lubina a la plancha, con patatas panaderas y sofrito, y un típico lechazo asado.

Teniendo en cuenta que su vida es estar entre fogones, lo sencillo sería pensar que en su casa y con su familia, los dos cocineros no dejarían su vocación y prepararían ellos la cena. Pero tienen caminos bastante dispares.

Por un lado, García asegura que será él quien prepare la cena de Nochebuena, probablemente un guiso con pollo de corral , además de un entrante. Eso sí, desconectando de su trabajo diario y tratando de disfrutar lo máximo posible.

Por el otro, todo lo contrario. Según comenta Cobo, «todos los años he cocinado yo, pero este año, como me ven tan saturado y cansado, mi familia ha dicho que disfrute y coma tranquilamente». Sin duda alguna, toda una alegría para el cocinero, que por fin comerá las delicias de su abuela, de su tía y de su madre.