LIBROS
El ojo desnudo

Con los antecedentes de Poeta en New York, entre la perplejidad y la geometría angustiada, y del Cuaderno de José Hierro, un acercamiento más gozoso y embriagador, dos de las cumbres de la lírica española del s. XX, Fernando del Val se ha atrevido con una nueva recreación de la metrópoli norteamericana. No es ajena su poesía a las imágenes vanguardistas de sesgo social con sello lorquiano ni al entrañamiento metafórico del maestro cántabro, al que ya homenajeaba en Amanecer en Damasco, su primera entrega lírica. Pero su mirada, partiendo siempre de detalles que suelen pasar desapercibidos, observados in situ, de los que brota el chispazo emocional, tiene una índole más cinematográfica.
Muchos poemas se desarrollan en plano y contraplano, o mediante un montaje fragmentado, por atracción, a lo Kulechov, o bien amalgaman fotogramas de raíz expresionista. De ahí la presencia de mitos del celuloide como King Kong, desplomándose cual Ícaro, abatido, desde las alturas; las referencias a cineastas como Billy Wilder o Hitchcock, a filmes como El apartamento, El gran Gatsby o Cottom club, o a actrices como Halle Berry, y la eterna Andrey Hepburn quitándose con delectación los guantes; el diálogo delirante de las avenidas de la ciudad como en un espectáculo de Broadway.
Desde el poema inicial anafórico, de una negatividad iterativa, la visión pesimista de la urbe, tal vez del mundo en que vivimos, se instala entre los versos. Así como una violencia soterrada, en ocasiones explícita. De este modo se contempla la irrealidad de la vida moderna, atomizada en escenas que presagian la caída del imperio, allí donde éste se manifiesta en ídolos de barro dependientes de las firmas comerciales, que nunca ven la luz escarchada, premonitoria, de los vagones atestados de kilómetros y kilómetros de metro. En este contexto mercantil, el amor se usa como piedra de toque y contrapunto, y por eso se recurre al mito de Orfeo y Eurídice. La vertiente órfica del poemario aporta una idea de sobriedad, una salvación imposible, un intento de contrarrestar mediante el pensamiento, el ascetismo incluso, el desenfreno y urgencia de un sistema que no se pregunta hacia dónde va.
Relación entre textos
Orfeo en Nueva York, al margen de lo temático, se cohesiona mediante la relación entre los textos, a veces réplica de otros, y se complementa y equilibra desde una nueva perspectiva gracias a las crónicas en prosa que conforman la segunda parte: Prospect York, muy heterogénea, pues abarca desde los muertos que se ha cobrado el Empire State Building y una reflexión sobre la guerra de Irak a la mezcla de idiomas en Queens, desde el derroche energético a los niños y los gatos rebeldes.
Con este segundo libro también en verso libre, cercano al versículo, y sin puntuación, de un estilo sugerente y a la vez acerado, que, al parecer, forma junto a Lenguas de hielo y Desatando cabos parte de una trilogía ya escrita, Fernando del Val ha consolidado una voz propia, con una capacidad connotativa nada común, de la que esperamos mucho. cia, que no es poco.
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