el callejón del gato
EL 15-M SE DESINFLA
Los problemas se concretan en la suplantación de las propuestas encaminadas a regenerar el sistema político y social por otras antisistema
El ideario desplegado en las dos primeras semanas por el movimiento 15-M lo suscribía en su totalidad un elevado porcentaje de los ciudadanos. Los promotores habían recogido y sintetizado síntomas del malestar de la sociedad y las deficiencias de nuestro sistema democrático, que todos ... reconocen, excepto los partidos mayoritarios. Me recordaban aquellas protestas universitarias de los años setenta que, al rebufo, del mayo del 68 que en España no existió, reclamaba en primera instancia una reforma y mejora del sistema educativo universitario, obsoleto y viciado por las prebendas del profesorado; sin embargo cuantos proponíamos esas incontestables mejoras, escondíamos otras intenciones, el fin de la dictadura de Franco y su sustitución por un sistema político sobre el que diferíamos en función de las ideologías que abarcaban un amplio espectro desde la democracia de los países occidentales hasta las eufemísticas democracias populares o planteamientos más radicalmente anarquistas.
En estas semanas de acampada en Fuente Dorada en Valladolid, me he acercado con simpatía, curiosidad y nostalgia. He observado similitudes entre ambos movimientos, separados por más de 40 años: romanticismo del bueno; la doble intencionalidad de las propuestas; la solvente organización de lo que podría denominarse el núcleo duro, que entonces como ahora se diferenciaba de los promotores iniciales de la protesta bienintencionada y plausible mayoritariamente, relegados éstos a un segundo plano; la organización de las asambleas, largas y dirigidas desde la mesa, pues se deja hablar a todos, pero sólo algunos organizan sus intervenciones remachando la misma idea y que, con cadencia, se expone por diferentes personas distanciadas entre sí, como si se tratase de voces independientes; posponer decisiones cuando se malicia la derrota; una masa de gente que hace número, con intención de protagonizar un cambio hacia alguna parte y okupas, otros pero okupas.
Los problemas del movimiento 15.M se concretan en la suplantación de las propuestas encaminadas a regenerar el sistema político y social por otras antisistema que en su nihilismo conducen a ninguna parte o bien por una amalgama imposible; en la pérdida simpatía y el apoyo popular y mediático; y en la disolución o degradación de una plataforma reivindicativa que permite que todo siga igual, por la presencia de los que pescan en río revuelto, radicalizan y desvirtúan las propuestas, sin conseguir nada. Como tiempo atrás, cuando Franco murió en su cama y a su hora. ¡Ah! Y ya nos hubiera gustado tener a Rubalcaba en Interior para que no enviara a la Policía Nacional.
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