Los alcaldes del entorno de Garoña reclaman un plan de desarrollo alternativo para la zona

Los alcaldes de los municipios del entorno pertenecientes a la organización municipalista AMAC se han reunido este viernes en el Ayuntamiento de Valle de Tobalina en Quintana Martín Galíndez (Burgos) para analizar el futuro que supondría un cierre definitivo . Bajo este paraguas, «constatan la falta de interés por parte de la empresa de mantener informados a los municipios del entorno sobre las decisiones que se toman y que afectan a sus vecinos, a pesar de las constantes declaraciones de voluntad de transparencia realizadas por Nuclenor y todo el sector nuclear español».

En este sentido, recuerdan que cerrar Garoña, según el estudio realizado en su día por el Colegio de Economistas de Burgos con la financiación de Nuclenor, causará unos efectos « altamente negativos en el entorno de la central, siendo estos peores para la zona más cercana a la central, cuya dependencia de la misma es mayor por cuanto este tipo de instalaciones, si bien suponen una cantidad importante de puestos de trabajo, no generan ningún tipo de economía alrededor que permanezca a su cierre».

Así, los alcaldes entienden que «la decisión tomada por la propiedad de la central es más grave por cuanto sus vaivenes en la toma de decisiones sobre su continuidad han causado el abandono y desaparición» del Plan de Desarrollo Económico Alternativo a la Central Nuclear que el Estado puso en marcha en el año 2009 cuando se publicó el real decreto de cierre de la central.

Ante ello, los alcaldes de Bozoo, Cascajares de Bureba, Encío, Frias, Jurisdicción de San Zadornil, Lantarón, Merindad de Cuesta Urria, Miraveche, Oña, Pancorbo, Partido de la Sierra, Santa Gadea del Cid, Valdegovía y Valle de Tobalina han acordado reafirmar su voluntad de trabajar conjuntamente y con la asociación AMAC para hacer frente a la situación que se causa con el cierre de la Central Nuclear de Santa María de Garoña y la intención de construir un almacén de residuos de alta actividad en el emplazamiento de la central nuclear.

De ahí que se pida a los organismos competentes un plan de desarrollo alternativo, al tiempo que se pone de manifiesto la oposición de los ediles a la construcción del almacén de combustible gastado de la central nuclear «mientras no existan garantía de un plan de desarrollo para la zona nuclear y también de su traslado futuro a un almacenamiento adecuado».