La historia de los cementerios de Talavera, en imágenes

La puerta de Mérida se hallaba en el recinto islámico de Talavera (s. IX). Fue desmontada en 1881 y sus materiales se aprovecharon para levantar precisamente el gran cementerio general de la ciudad. Grabado de Alexandre Laborde publicado en 'Voyage pittoresque et historique de l´Espagne' (1806-1829)' Dos camposantos provisionales de los habilitados en Talavera, entre 1834 y 1884, a falta de un único mortuorio municipal. A la izquierda, planta de la iglesia de San Clemente y su extenso patio destinado a las inhumaciones. A la derecha, el cementerio habilitado entre Santa María la Mayor y el recinto amurallado inmediato al río. Instituto Geográfico y Estadístico (1884) En 1804 y 1805 se publicaron dos reales órdenes obligado a crear camposantos exteriores. El alcalde de Talavera recibió las medidas tomadas por ayuntamientos de su alfoz. El Archivo Municipal de Talavera conserva aquellas respuestas, algunas con croquis de sus primeros cementerios. De izquierda a derecha y de arriba abajo, los de Cazalegas, La Estrella, La Nava de Ricomalillo y Mejorada El 20 de de noviembre de 1866 la revista decenal 'El Tajo', fundada por el abogado e historiador toledano Antonio Martin Gamero, recogió algunos datos del proyecto que elaboraba el arquitecto provincial, Santiago Martín y Ruiz, para construir el necesario cementerio municipal de Talavera de la Reina en el camino de Calera. El 1850 el consistorio talaverano manejó una propuesta de cementerio debida al arquitecto abulense Andrés Hernández Callejo. Tras otros proyectos, y superadas las dificultades económicas y de un terreno apropiado, se adoptó el plan resuelto por Juan Francisco Gómez Pulido. Se construyó separado del casco urbano, cercano a la salida del camino a Calera. El plano levantado por el Instituto Geográfico y Estadístico coincide con el año de su inauguración en 1884 En la segunda mitad del siglo XIX surgieron nuevos cementerios en la provincia. Varios los proyectó el arquitecto de la Diputación, Ezequiel Martin. Uno de ellos fue el de Las Herencias, en 1890, en el camino de Belvís. En el ángulo superior izquierdo se ubicaba un espacio para los “disidentes” con entrada independiente. Los tres rincones siguientes acogían un osario, el depósito de cadáveres y la vivienda del guarda. La capilla se situaba en la entrada al camposanto. Archivo de la Diputación de Toledo Puerta principal del cementerio de Talavera de la Reina. En el costado opuesto a esta fachada, se habilitó un patio destinado a los “no católicos”. Foto Rafael del Cerro