La entrega innegociable de Juan de Castilla en Almorox
Puerta grande para el colombiano y oreja para el magisterio de El Cid frente a una corrida de Ojailén
Gabriel Moreno
Almorox
Tiene Almorox bien trabajados los elementos del verano taurino: talanqueras, plaza portátil, peñas y ese ambiente festivo de pueblo. Este domingo, el municipio toledano volvió a vivir el cierre de su feria taurina con un cartel de gran atractivo para todo aficionado. Manuel Jesús ' ... El Cid', Román y Juan de Castilla, una terna con argumentos que bien valdría para cualquier tarde base de la feria de San Isidro.
Juan de Castilla fue el nombre propio de la tarde. Logró imponerse a su lote para salir a hombros en una tarde donde el magisterio de El Cid rozó la puerta grande y en la que Román marró una intensa faena frente al quinto de una corrida variada de Ojailén, bien presentada aunque por debajo de lo que siempre fue Almorox -salvo el primero-.
El colombiano sigue pisando fuerte en su temporada y así lo demuestra tarde a tarde. La innegociable entrega y disposición son ya un sello personal que plasmó en sus faenas. Frente al primero, Juan ya mostró sus armas. Firme y buscando la colocación ante un ejemplar que no regalaba nada, dejando lo mejor sobre la diestra.
La faena del sexto tuvo un guion similar, con la diferencia de que el toro mejoró con varias tandas de mano baja y la labor ganó en tono y adeptos, abrochando con una gran estocada su tarde. Una oreja logró de cada astado, demostrando que la entrega en esto del toro es algo que no está en venta.
Mientras, Manuel Jesús 'El Cid', torero de contrastada trayectoria, marcó la diferencia frente al basto primero, un toro que en muchas manos no hubiera remontado. Y no sólo remontó, sino que dibujó sobre su gran zocata naturales de muy buen trazo y estética, por los que se ganó la oreja. Una esencia de torero grande que también mantuvo frente al cuarto, dando una lección de reposo y temple pero, esta vez, basada sobre la mano derecha. La espada, como en muchas ocasiones, le cerró la puerta grande.
Completaba la tarde Román Collado, con su gracia natural. Un carisma que le sirvió para armar una faena vibrante, más que lucida, frente al quinto, labor que creció también gracias a la música. Sólo el aceró le alejó del triunfo. También tuvo que bailar con la más fea -el segundo-, que lo dejó prácticamente sin opciones.
La ficha
Plaza de toros de Almorox, Toledo. Casi lleno. Toros de Ojailén, de buenas hechuras y juego dispar.
- Manuel Jesús 'El Cid', de tabaco y oro: oreja y ovación.
- Román, de purísima y oro: silencio y ovación
- Juan de Castilla, de gris plomo y oro: oreja y oreja.
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