Dos toledanos que arrasan con el Barça

Pese a que era evidente que Velasco tenía a su disposición la mejor plantilla, «a priori, lo veía muy complicado porque llegaba a un grupo nuevo, pero la gran calidad y una predisposición óptima han hecho que salga todo bien». Además, «ha sido una temporada muy larga, con muchos parones por la selección (ha habido Mundial y Europeo), y hemos tenido que tirar del filial, que nos ha ayudado muchísimo».

Al margen del estreno fallido, el toledano considera que la semifinal de la Champions, «con medio equipo tocado y con unas sensaciones de no saber muy bien a qué nivel estábamos», también fue un momento bastante difícil. Al descanso, el Barça perdía 3-0 contra el Benfica. Sin embargo, remontó en la segunda parte, ganó en la prórroga (4-5) y arrasó en la final al Sporting Club de Portugal (4-0).

«Estoy, primero, sorprendido, y, después, muy contento de haber caído aquí. Ellos te ponen todo para intentar ganar lo máximo posible y hay una gran masa social«, declara, añadiendo la profesionalidad, el respeto, el cariño o la atención constante que recibe. Aunque los partidos son siempre en el Palau Blaugrana, a la hora de entrenar el fútbol sala comparte instalaciones con otras secciones del club como las de baloncesto, balonmano y hockey patines.

Como en Movistar Inter

Velasco, experto en manejar los egos de un vestuario y con contrato hasta 2024, opina que «los protagonistas son los jugadores. Ellos son los que tienen que tener los focos y los importantes de verdad, los que se llevan las patadas y se juegan la piel. Yo hago mi trabajo. Les coordino, intento motivarles y tenerles física y mentalmente bien». Cuando todo el mundo espera que en el Barça repita la obra maestra del Movistar Inter, con el que logró 14 títulos en siete temporadas, entre ellos dos Champions y cinco ligas seguidas, el entrenador rebaja la euforia: «El año que viene empezamos de cero». De momento, ya se han anunciado tres fichajes: Catela, Antonio Pérez y Sergio González.

Habla Gonzalo Pérez de Vargas a pie de pista del pabellón de Santa Bárbara, de espaldas a decenas de chavales que gritan, corren, pasan, botan, fintan o lanzan a puerta en el IV Campus de balonmano que él mismo promueve en Toledo. La distracción puede causar algún balonazo no deseado, pero no importa. Como portero, está más que acostumbrado. En los últimos dos años calcula que habrá jugado unos 160 partidos. El verano pasado, con los Juegos Olímpicos de Tokio, apenas tuvo una semana de vacaciones. En este, algo más liberado, ha aprovechado para casarse.

A sus 31 años, viene de completar una temporada extraordinaria. Al igual que en 2021, ha conquistado todos los títulos posibles con el Barça. También la EHF Champions League, que se decidió en los penaltis y donde Pérez de Vargas fue protagonista al parar el único lanzamiento fallado de la tanda a Álex Dujshebaev, rival en el Kielce polaco y compañero en la selección española. «Seguramente ha sido la parada más decisiva que he hecho en mi carrera. Después de 70 minutos a 200 pulsaciones, en ese momento influye mucho el estado de ánimo. Álex hizo varios amagos y la podía haber tirado por cualquiera de los dos lados. A veces, el deporte es cruel«, reconoce.

En el pabellón toledano parece que no ha pasado el tiempo. Imposible olvidar cuando Pérez de Vargas era sólo Gonzalo, un niño rubio que se apuntó con sus amigos al Amibal, el equipo creado por Rafa Sierra. Sin embargo, ya ha transcurrido literalmente media vida desde que con 16 años fuera reclutado por el Barça. Tras sendas cesiones al Granollers y al Toulouse, en 2014 se asentó en una plantilla de estrellas mundiales que no conjuga otro verbo que no sea ganar. «Al llegar allí ya te inculcan esa forma de pensar», explica el portero, que este curso se ha estrenado como el primer capitán.

Un grupo de amigos

Cuando se le pregunta cuántos títulos acumula, Pérez de Vargas responde con sinceridad que ha perdido la cuenta: «Pienso más en el día a día y en las temporadas que en el global de la carrera». Son cuatro Champions, nueve ligas Asobal, nueve copas del Rey, diez copas de España, nueve supercopas de España y tres mundiales de clubes. En total, 44. Con contrato hasta el 2025, se da por hecho que el palmarés seguirá aumentando.

A ello hay que añadir las siete medallas con España: una de bronce en los Juegos, otra del mismo metal en el Mundial y dos de oro, dos de plata y una de bronce en el Europeo. El secreto de la selección es que «nos juntamos un grupo de amigos que nos matamos en la pista por el compañero». En realidad, eso era el Amibal: Amigos del balonmano.