Extraño abril sin Jorge Manrique

Este año, el así llamado Triángulo manriqueño que esos tres pueblos conforman (lanzada, agonía y sepelio, respectivamente), no podrá conmemorar la XXV edición de la jornada, que en esta ocasión correspondía a Uclés, sede del convento santiaguista y cabecera de la Orden a que Manrique pertenecía y donde, por consiguiente, fue inhumado.

Las jornadas manriqueñas, que impulsamos en los noventa un grupo de amigos comandado por el gran actor Cristian Casares , vienen siendo festiva ocasión de encuentro de estos tres municipios y de numerosos visitantes en torno a la cultura y a la figura del máximo cantor de la muerte en todas las lenguas. Las inmortales Coplas contienen mucha vida vivida y evocada, no son estrictamente una exaltación de la muerte sino una celebración de las tres dimensiones de la vida (mundanal, de la fama o memoria y celestial) que, coexistiendo con el hecho ineluctable de la muerte, la acaban derrotando. En este mes de apogeo de los verdes y del rojo y blanco de las amapolas, en medio de esta eclosión de vida primaveral, constituye todo un canto a la vida la celebración de la muerte del más excelso cantor que jamás la Parca ha tenido.

En estos tristes momentos en que una epidemia casi duplica el número de fallecidos habitual, las coplas manriqueñas cobran una mayor y bien triste actualidad (que nunca pierden por su calidad y su vigencia diacrónica). Un amigo, con fina ironía, propone este «Corona virus poem» :

Virus manriqueño/que no tienes favoritos,/que matas por igual/al grande y al pequeño/a los pobres y a los ricos.

Basado evidentemente en la Copla XIV:

Así que no hay cosa fuerte,/que a papas y emperadores/y prelados/así los trata la muerte/ como a los pobres pastores/de ganados.

Venimos proponiendo desde hace años que el mes del libro, que es Abril, incluya a Jorge Manrique para completar la triada de grandes maestros de la historia de la literatura que murieron en el mes de abril. Así como hay un narrador (Cervantes) y un dramaturgo (Shakespeare), que hubiera en los eventos asociados con el libro también un poeta, una cumbre de la poesía como sin duda es el creador de las Coplas . Cuenca, provincia donde están acreditadas sus postrimerías a través del ya mencionado triángulo manriqueño, y Castilla-La Mancha, donde mayoritariamente se desarrolló su vida personal, literaria y militar, tendrían mucho que ganar con ello, más allá de todo localismo pues (como en los casos de Miguel y William) hablamos de un poeta de talla universal.

Por fortuna, ya se divisa, inminente y prometedora, la luz al final del túnel y con ella, un libro innovador en que su autor propone y explora la nunca estudiada y muy intensa conexión entre Jorge Manrique y el Quijote. El título, «Teoría del Quijote con Jorge Manrique al fondo» . Su autor es José Manuel Ortega , conocido estudioso manriqueño y cofundador del Triángulo manriqueño, con publicaciones previas tan valiosas como «Jorge Manrique a través del tiempo» y «Jorge Manrique en la poesía contemporánea (Antología 1950-2016)» . Luis Alberto de Cuenca lo ha llamado, con toda justicia, «paladín de la causa manriqueña». La edición contará con el apoyo y aval de la Diputación conquense.

Los clásicos , incluso los más consolidados en el top del canon (caso de Manrique), necesitan el oxígeno de nuevas versiones, estudios y ediciones , para sacudirse el polvo del tiempo y de los anaqueles. Además del inminente ensayo de J.M. Ortega, va a aparecer próximamente en el sello editorial Nórdica , caracterizado por su innovación y buen gusto, una edición de las coplas ilustrada por Antonio Santos, un gran pintor muy volcado últimamente en la literatura y en la ilustración. Incorpora además de una versión primigenia, otra modernizada de la que me he hecho cargo yo.

Entretanto, lean este extraño abril las Coplas de Jorge Manrique : disfruten de su elegante condensación, del recio son con que expresan las más altas verdades, los misterios más insondables y las emociones que todos compartimos.