Segismundo vuelve a escena en «La vida es sueño», de Calderón de la Barca

Obra filosófica bien sustentada en una trama escénica donde los juegos de poder se cruzan con el deseo y donde la realidad está siempre contagiada por lo onírico. Este montaje se podrá ver en dos sesiones este viernes. Para los escolares a las 11.00 horas y para el público en general a las 20.00 horas .

Considerada como una de las joyas del Barroco español, «La vida es sueño» es uno de los textos mejor construidos de la historia del teatro occidental. Su autor utilizó una compleja estructura basada en uno de los grandes hallazgos de Esquilo, la ironía trágica , para armar una trama alrededor de sus temas favoritos: el libre albedrío, el peso del honor y la naturaleza humana , en unos términos tan elevados que consigue convertir a Segismundo en mito, en el primer gran personaje moderno de la historia del teatro.

La pieza teatral la escribió el autor a lo largo de tres años, de 1631 a 1634 , y en ella introdujo reflexiones filosóficas, teológicas y morales. Pone el punto de mira en cuestiones sociales como el progreso del hombre por encima de los presagios y juicios de la astrología. Ambiciones amorosas, personales y políticas se cruzan en sus destinos, polos que representan dos formas de entender el poder. La compañía Teatro del Temple conserva la esencia del clásico, aportando una nueva puesta en escena.

Lo ha explicado el director del Teatro del Temple, Carlos Martín, que trae al Rojas dentro del Ciclo de Teatro Clásico esta innovadora versión que conjuga lo clásico y lo contemporáneo . «Hemos respetado al máximo el texto de Calderón pero en la puesta en escena damos rienda suelta a la imaginación creando dos espacios muy distintos», ha asegurado Martín. «Por un lado la sofisticada corte del rey Basilio con un estilo oriental y, por otro, el ambiente underground y sombrío de las catacumbas que preside la figura de Segismundo», ha señalado el director.

«Los que tengan ciertos prejuicios ante Calderón deben acercarse a este montaje con un espíritu abierto», ha animado Carlos Martín, que ha insistido en que «la obra es un espectáculo coral con los actores siempre en movimiento y música en directo a cargo de Gonzalo Alonso, un gran instrumentista que crea atmósferas envolventes, sobre todo cuando toca el doudouk o duduk, (instrumento de madera de doble lengüeta), originario de Armenia», ha señalado el director teatral.