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TOLEDO

Nuestro poeta en Nueva York (III)

El poeta, profesor y traductor toledano Hilario Barrero (1948) envía desde la ciudad de los rascacielos un nuevo texto que acompaña a una imagen de Nueva York, ciudad donde reside desde 1978

Nuestro poeta en Nueva York (III) H.B.

POR hilario barrero

Sale uno a la vida, después del huracán, como quien sale de la cárcel y le llevan a lo desconocido, posiblemente al cadalso y se encuentra con la ciudad borrada, las calles cubiertas de hojas, l os semáforos temblorosos y ... un perro con la mirada de agua. En el parque los árboles son como soldados muertos en la lucha, destrozados sus cuerpos en trincheras de hojas y de ramas, guerreros centenarios desgajados en una noche de fragor . Huele a batalla perdida, a misa de Jueves Santo en la catedral de Toledo, los óleos recién consagrados; olor a rama rota, a corteza empapada, a raíz exhibiendo sus venas, a hierba penetrada . Todas las ardillas han desaparecido como han desaparecido las cometas y la gloria del verano. Ante tanta calma y destrucción parece que hubiera pasado el Amor, parece que un rara primavera va a llegar . Si uno creyera pensaría que así ha de pasar y oler Dios cuando, al examinarme en el atardecer de mi vida, vuelva a contarme los huesos y a lavarme la sangre. Y al ser condenado, salvarme para siempre .

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