TOLEDO
Nuestro poeta en Nueva York (II)
El poeta, profesor y traductor toledano Hilario Barrero (1948) envía desde la ciudad de los rascacielos un nuevo texto que acompaña a una imagen de Nueva York, ciudad donde reside desde 1978
Nuestro poeta en Nueva York (II)
Estos toldos ateos, mojados por una lluvia insistente, me trajeron el recuerdo de los del Corpus , también mojados por otro tipo de agua: la de mi infancia. Como si el puente de Brooklyn fuera una custodia de piedra, hierro y madera, ... el sol guardaba en el ostensorio de la lluvia el cuerpo místico de la niebla . Por los arcos falsamente góticos la luz doblaba su cerviz, dócil como una virgen, y el aire de otoño olía a incienso . A lo lejos, junto a la estatua de la Libertad, brotó del agua un pez radiante que nadaba, herido por el anzuelo de la tarde, como una mancha de plata. Volví a Toledo por un instante mientras el ruido del río me traía versos de Garcilaso . Y la noche empezó a oxidar el frágil viril del sol .
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