Suscribete a
ABC Premium

Días de vino y rosas

El Cotopaxi

«....Aunque lo que retenía a Virgilio en el Cotopaxi no eran ni Sarita ni mi fiel amistad, sino la presencia inexcusable del actor Paco Rabal ...»

por Manuel Palencia

Verano del 83. Virgilio y yo acabábamos de conocernos en la terraza del Cotopaxi, un antiguo prostíbulo de lujo frecuentado por personajes del antiguo régimen y reconvertido en local de copas a finales de los 70. Un tortuoso acceso y su playa privada encajonada entre ... los altos riscos de la costa de Murcia lo convertían en un sitio muy especial, paradisíaco. Sarita, la anfitriona, inolvidable alemana hija de un cacique nazi, era una mujer de refinada cultura y elegancia. En nuestras tertulias nocturnas, aderezadas con la mejor música y champagne francés, solía hablarnos con su pronunciado acento, de su correspondencia privada con el ministro López Rodó o sus inacabables partidas de ajedrez con Cohn-Bendit en París.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia