La visita de Pedro Sánchez a Felipe VI alimentó las especulaciones sobre su dimisión

El contenido sustancial de ese encuentro no se conoció hasta una hora y media después, pero el hecho de que Sánchez acudiera a primera hora de esta mañana a ver al Rey alimentó las especulaciones sobre la dimisión del presidente. Nadie a esa hora sabía todavía lo que Sánchez iba a hacer, ni siquiera los ministros que componen su Gabinete. Que ningún miembro del Gobierno supiera nada en ese momento -lo que favoreció que no hubiera ninguna filtración a la prensa- y que fuera a ver a Felipe VI, eran factores a tener en cuenta para una crónica de una dimisión anunciada.

Desde el Palacio de la Zarzuela recordaron el pasado miércoles -cuando Sánchez se reunió con el Rey para informarle de que se iba a tomar unos días de asueto-, que Felipe VI y el presidente del Gobierno mantienen una comunicación fluida y constante sobre todos los asuntos de Estado. Así lo dicta la Constitución en su artículo 62.

Además del despacho semanal, el contacto entre el jefe del Estado y el de Gobierno también es por teléfono. Pero para que Sánchez pudiera mantener su golpe de efecto hasta las 11.08 -cuando terminó su comparecencia a las puertas del Palacio de la Moncloa y dijo «he decidido seguir»-, tenía que soltar un señuelo a primera hora del día en el monte de El Pardo.

Del recinto del Palacio de la Zarzuela salió Felipe VI nada más despedir a Sánchez. Llegaba tarde a su visita al Centro de Excelencia contra Artefactos Explosivos Improvisados de la OTAN, que se encuentra en Hoyo de Manzanares (Madrid), a media hora en coche desde la capital. La visita del presidente provocó un retraso de quince minutos sobre el horario de inicio previsto.

El Rey tenía programada esta actividad en su agenda oficial desde principios de la semana pasada, pero Don Felipe no modificó sus planes, dando así continuidad a la actividad de la Corona que, como institución, debe mantener su neutralidad para el normal funcionamiento del país, al margen del curso de la política.

Don Felipe llegó a las 10.15 a Hoyo de Manzanares acompañado por el jefe del Cuarto Militar de la Casa del Rey. Para cuando habló Pedro Sánchez, Felipe VI mantenía una reunión a puerta cerrada con el personal militar que trabaja en este centro de desactivación de explosivos. En el transcurso de la misma, fuentes consultadas por ABC informaron de que no se hizo ningún receso para que el Rey siguiera la comparecencia de Sánchez. Don Felipe ya sabía lo que iba a ocurrir y siguió con normalidad la mañana. A las 13.00, volvió a La Zarzuela.