Repsol contará con una consultora isleña para elaborar el impacto ambiental de las prospecciones

Una vez adjudicada la elaboración del Estudio de Impacto Ambiental, se prevé que sea necesario un año de trabajos para terminar el EIA, estiman fuentes de Repsol. Contendrá un análisis de aspectos como la flora, la fauna, las corrientes, el oleaje, los vientos predominantes, el tráfico marítimo en la zona del sondeo, la migración de cetáceos y otras materias relacionadas con la actividades a desarrollar. «El objetivo es contar con todas las garantías medioambientales», indicaron, y, para ello, es preciso «un año de trabajo» aproximadamente del que resulte un estudio medioambiental «exhaustivo y riguroso». Transcurrido el proceso de elaboración, se elevará un borrador al Ministerio de Medio Ambiente, que lo expondrá a información pública. A partir de ese momento, se abrirá un período de alegaciones, en el que, como ocurre con cualquier otra Declaración de Impacto Ambiental, cualquier particular, administración o entidad puede presentar alegaciones al proyecto. Culminado el plazo de presentación público de alegaciones, se revisará una a una, se responderán y argumentará su aceptación o rechazo.

Primer sondeo

Las alegaciones que se tengan en cuenta se incorporarán al expediente. Del resultado de estudio y las alegaciones aceptadas, el Ministerio de Medio Ambiente que dirige Miguel Arias Cañete será el que formule una Declaración de Impacto Ambiental positiva o negativa. «Sólo si ésta es positiva, se podría llevar a cabo el primer sondeo exploratorio en aguas de Canarias», aseguraron. Pero no es el único requisito necesario. También se precisa contar con otros, como disponer de un Plan de Contingencias aprobado por el Ministerio de Fomento, entre otros. Un complejo proceso que, no obstante, sigue el mismo procedimiento que cualquier obra o infraestructura que requiera de una Declaración de Impacto Ambiental.