El bloque conservador del CGPJ trata de detener la entrada en el TC de un afín a Pumpido con otra candidata
Los vocales creen que con el cambio de Lucas por Segoviano pueden lograr 11 votos y sortear la reforma de Sánchez
Los siete progresistas no esperan al Pleno convocado para el martes y vuelven a incluir a Bandrés
Madrid
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Iniciar sesiónTras el fiasco del Pleno extraordinario del pasado martes para intentar nombrar a los dos candidatos al Tribunal Constitucional que corresponden al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el bloque conservador de este órgano volvió ayer a pedir a su presidente, Rafael Mozo ... , la convocatoria de un nuevo pleno extraordinario para volver a intentar la renovación del TC.
Lo hizo aportando el nombre y currículo de una nueva aspirante, que, junto con el presidente de la Sala Tercera, César Tolosa, cree que puede ser una candidata de consenso que tiene posibilidades de ser apoyada por los vocales progresistas. Se trata de la expresidenta de la Sala Social del Supremo María Luisa Segoviano, que sustituirá en esta votación al magistrado que inicialmente este bloque conservador presentó como candidato: el también progresista Pablo Lucas, juez de la Sala Tercera del Alto Tribunal.
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Al cumplir la petición los requisitos exigidos por el Reglamento de organización y funcionamiento del Consejo y las reglas de juego que marcaron los propios vocales en un pleno anterior, Mozo, que en la anterior ocasión aplazó la reunión unos días alegando razones formales, no tuvo más remedio que convocar el cónclave con relativa urgencia: lo ha hecho para el próximo 27 de diciembre.
Vuelven a incluir a Bandrés
Será ese día cuando el Consejo afronte la segunda votación, pero ahora sobre las candidaturas de Tolosa y Segoviano y Bandrés, después de que este mismo viernes, siete vocales progresistas hayan pedido a Mozo que lo incluya también en el Pleno, con lo que vienen a dejar claro que es a él a quien darán su voto y no a María Luisa Segoviano. El propio bloque progresista puso el nombre de esta magistrada sobre la mesa en las negociaciones con los conservadores para consensuar los nombramientos. Fue antes incluso de que el entonces presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, renunciara a su cargo tras constatar el bloqueo de las conversaciones entre Gobierno y PP para renovar el propio Consejo, en funciones desde diciembre de 2018.
Los vocales conservadores vuelven a intentar así la renovación del TC antes de que inicie el trámite parlamentario de la proposición de ley con la que el Gobierno pretende sortear el portazo del Constitucional al plan judicial de Sánchez para controlarlo por la puerta de atrás. La reforma implicará, entre otras cuestiones, sustituir la actual mayoría de tres quintos de los vocales para estos nombramientos al TC por mayoría simple, lo que supone que gane el candidato más votado. Esa mayoría de tres quintos se sitúa ahora en once votos (de los 18 posibles con la actual composición del Consejo), uno más de los que Tolosa y Lucas lograron en el Pleno del martes. La irrupción en escena en el último momento de José Manuel Bandrés como candidato del sector progresista provocó que todos los vocales de esta sensibilidad se volcaran con él, de forma que Pablo Lucas al final, pese a ser también progresista, solo fue apoyado por el bloque de los nueve vocales conservadores y el también vocal a propuesta del PP Vicente Guilarte, quien no siempre vota con este bloque y cuya adhesión fue hasta el último momento una incógnita.
Sin embargo, existe la posibilidad de que la renovación del TC esté más cerca que nunca ahora porque, a diferencia del pleno del martes, en el del día 27 ya no será necesaria la abstención del vocal Enrique Lucas, justificada entonces en un interés directo: estaba en juego una plaza para su hermano. Al no ser ya Pablo Lucas candidato al TC y haber sido sustituido por Segoviano no hay razón para que el vocal Lucas se aparte de la votación. Su posición, por tanto, puede resultar determinante para inclinar la balanza a favor de la renovación. Lucas, abogado, es vocal a propuesta del PNV y suele votar con el sector progresista. Sin embargo, en esta ocasión nada está decidido y podría tomar la misma decisión que Vicente Guilarte, propuesto por el PP, que tampoco suele votar con el grueso del grupo conservador y, sin embargo, el martes sí lo hizo.
En el fondo en el bloque conservador asumen que la partida se juega aquí, porque se da por hecho que los progresistas quieren seguir apostando por Bandrés, responsable también en buena medida, junto con la reforma de Sánchez, de los movimientos de los conservadores en las dos últimas semanas para renovar el TC antes de que el plan de Sánchez sea una realidad. Su candidatura y una reforma que deja la elección de los dos magistrados al Constitucional en mayoría simple van unidas, y el sector conservador no quiere de ninguna forma que este magistrado aterrice en el TC.
Afín a Conde-Pumpido
La afinidad de Bandrés con el exfiscal general del Estado y magistrado del TC Conde-Pumpido, sumado a que sea el candidato bendecido por Moncloa, provoca un profundo rechazo en el bloque conservador del Consejo, que da por hecho que si Bandrés aterriza en el Tribunal apoyará la presidencia de Pumpido con toda seguridad, algo que, por otra parte, tampoco se tiene la certeza de que no vaya a pasar con otro candidato progresista. Los conservadores del CGPJ, y también los del TC, prefieren en la presidencia a María Luisa Balaguer, la única candidata que puede batirse en duelo con el ex fiscal general, pues son los únicos progresistas que conforman el tercio más antiguo en el Tribunal. El tercer magistrado es Ricardo Enríquez (conservador) y el cuarto era Alfredo Montoya, que renunció por motivos de salud sin que se haya cubierto su plaza.
El voto de Bandrés es importante porque en la carrera a la presidencia del Constitucional, los magistrados conservadores estarían dispuestos a apoyar mejor a Balaguer, al entender que su perfil es más moderado que el de Pumpido. No es suficiente, porque el tribunal que elija a ese presidente será ya de mayoría progresista y los cuatro conservadores necesitarán la adhesión de algún magistrado progresista.
Independientemente de que el CGPJ logre nombrar a sus dos magistrados al TC, el Gobierno no parará su reforma para, bien esta vez bien en lo sucesivo, no vuelva a retrasarse la renovación. Así lo señalan fuentes del Ejecutivo, que, pese a no haber presentado todavía los grupos políticos que lo sustentan la proposición de ley, está decidido a seguir adelante y plasmar en esa norma el contenido de las enmiendas suspendidas por el TC, informa Víctor Ruiz de Almirón.
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