El negocio de un casero en Mallorca que alquilaba once chabolas para malvivir entre basura y luz deficitaria
El propietario, que afronta una multa de hasta un millón de euros, rentaba estos habitáculos pese a carecer de las condiciones mínimas de salubridad
Palma
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Iniciar sesiónBajo techos desconchados, con cables colgando y olores que delatan la falta de higiene, once familias malvivían en un asentamiento improvisado en el municipio mallorquín de Manacor. Las chabolas, levantadas dentro de una misma propiedad, compartían dos cocinas y dos baños comunes. Entre basura acumulada ... y estructuras inestables, cada habitáculo era alquilado por un propietario que convirtió la necesidad ajena en un suculento negocio.
Agentes de la Policía Nacional en Manacor realizaron la inspección junto con el Servicio de Inspección balear de Vivienda del Govern. Dentro de una misma propiedad hallaron once infraviviendas por las que se cobraban sumas de dinero en concepto de alquiler pese a carecer de salubridad y suministros básicos.
Eran construcciones chabolistas que compartían baños comunes y que presentaban condiciones precarias tanto de higiene -con restos de basura y residuos orgánicos acumulados- como de seguridad, debido a techos deteriorados y estructuras inestables. Además, la instalación eléctrica deficitaria suponía un riesgo evidente para sus ocupantes.
Las construcciones, según el informe de los inspectores, estaban en estado precario: techos deteriorados, instalaciones eléctricas deficientes y un entorno marcado por la insalubridad de residuos orgánicos amontonados. Los residentes, muchos de ellos en situación irregular y sin recursos, pagaban alquileres por espacios que ni siquiera cumplían con los requisitos mínimos para ser considerados viviendas.
De acuerdo con la información recabada por la Policía Nacional y el Govern balear, las once infraviviendas son propiedad de un mismo dueño que se aprovechaba de las necesidades habitacionales de las personas que pagaban los alquileres.
El Govern ha abierto diligencias para la posterior apertura de un expediente sancionador contra él. La Ley balear de Vivienda considera la creación de infraviviendas como una infracción muy grave, castigada con multas que oscilan entre 30.001 y 90.000 euros por cada construcción detectada. En este caso, la sanción podría alcanzar desde los 330.011 hasta los 990.000 euros.
La falta de vivienda asequible y el alza constante de los alquileres han propiciado la proliferación de espacios indignos donde se hacinan familias y trabajadores temporales. Habitáculos sin agua corriente ni ventilación adecuada, que se convierten en refugios precarios a cambio de rentas abusivas.
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