El «tren tortuga» que sonroja a los políticos españoles

El anuncio lo ha hecho esta semana el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna , durante una comparecencia ante el Congreso. De la Serna ha detallado que esos 70 millones los invertirá por dos vías: 30 millones a través del Puerto de Valencia, para mejorar un trazado ferroviario que -si un día es competitivo- puede ser estratégico para los núcleos logísticos levantinos y de Zaragoza; y otros 40 millones de euros directamente desde el Ministerio de Fomento.

Lo que aún falta por conocer es qué se obtendrá exactamente con esos 70 millones de euros para hacer más ágil un corredor ferroviario que, todavía, ni siquiera está electrificado. La línea, además, está condicionada por una configuración orográfica y técnica que fuerza a los trenes a reducir la velocidad a mínimos en no pocos de sus tramos. Es un «tren tortuga» en toda regla.

Abundan los tramos en los que los trenes tienen prohibido circular a más de 30 kilómetros por hora. Y entre las localidades turolenses de Mora y Sarrión, la limitación es todavía más severa, de 20 kilómetros por hora.

El trayecto en tren entre Teruel y Valencia tarda, en el mejor de los casos 2 horas y 31 minutos; en el peor, 2 horas y 42 minutos, en un recorrido de apenas 180 kilómetros que en coche, sin infringir en ningún momento el límite de velocidad, dura mucho menos: 1 hora y 40 minutos . Casi la mitad.

El pasado verano, el Ministerio de Fomento sacó a licitación, por 600.000 euros, la redacción de los proyectos técnicos para realizar un parcheo y remozar la línea a fin de evitar los puntos más precarios. Ahora se anuncian inversiones más amplias, aunque en Teruel siguen a la expectativa de conocer los detalles de las mismas, qué obras exactamente se llevarán a cabo y en cuánto permitirán mejorar un trazado ferroviario que, hoy por hoy, no resulta competitivo.

De la Serna, de momento, ha dejado claro que considera que la modernización de la línea Zaragoza-Teruel-Sagunto (Valencia), el único tren que cruza la provincia turolense, es una prioridad en las inversiones de su Ministerio de Fomento en Aragón .

Todo esto después de que la provincia turolense se quedara con las ganas de ver cumplida la promesa que hace más de diez años lanzó el Gobierno del socialista Rodríguez Zapatero. Cuando el PSOE era oposición del Gobierno de José María Aznar, los socialistas desplegaron una ofensiva de críticas contra el PP por no modificar la línea del AVE Madrid-Valencia para hacerla pasar por Teruel.

Cuando, poco después, Zapatero llegó a La Moncloa, enterró los argumentos con los que insistió contra el PP. No modificó el proyecto del AVE Madrid-Valencia y se excusó presentando una nueva idea, el «corredor Cantábrico-Mediterráneo». Consistía en construir un nuevo trazado de altas prestaciones ferroviarias alternativo al actual «tren tortuga» y que integrara a Teruel en la red española de Alta Velocidad, conectándole con Zaragoza y con Valencia.

Esta promesa la lanzó en junio de 2004, pero nunca la puso en práctica y hace tiempo que ha caído en el olvido. Esto pese a que, en 2009, el entonces ministro de Fomento, José Blanco (PSOE), organizó un acto público por todo lo alto en Zaragoza para, junto a representantes de varios gobiernos autonómicos, anunciar de nuevo el «corredor Cantábrico-Mediterráneo».