«El tipo que me llamó se dirigía a mi hijo como 'Paquito' y nos dio muchas esperanzas»

«Era un hombre que decía que conocía a mi hijo, que estuvo con él en Albacete . Lo llamaba cariñosamente 'Paquito' y decía que ambos habían viajado a Peñíscola. Que le había regalado una camiseta del Córdoba CF y unas zapatillas, y que le había enseñado a pintar. Contaba que mi hijo estaba pidiendo en la calle . Me dio muchas esperanzas. Pensé que lo que contaba era cierto », relata el progenitor, compungido.

El tipo insistió en quedar con Isidro en persona. «No me diría nada más hasta que nos viésemos cara a cara. Quería que fuera solo y eso me extrañó bastant e. Recibí dos llamadas más suyas. En la última consintió que me acompañase mi mujer y dijo que ultimaríamos detalles en una cuarta llamada que jamás llegué a recibir », dice el padre.

Isidro informó a la Policía de lo que había sucedido y, tras las preceptivas indagaciones, los agentes descubrieron que todo lo que este individuo había contado era falso . «No sé qué pretendía. Supongo que querría dinero. Pero lo que hizo es imperdonable», manifiesta Isidro. Los agentes interpusieron una denuncia contra este hombre, que se sentará en el banquillo de los acusados el próximo 9 de noviembre como presunto autor de un delito contra la integridad moral.

No es la primera vez que el padre de Paco Molina recibe pistas falsas . «Incluso me han hecho llamadas de broma . No entiendo cómo puede haber personas tan crueles ». En una ocasión, un presunto criminólogo dijo a Isidro que la Junta de Andalucía le había encargado el caso de su hijo y llegó a colgar en redes sociales que había aparecido un cadáver en Rumanía, «y que podía ser Paco» .

«Esta gente no se imagina el daño que hace. Hacen que se destinen recursos a seguir estos indicios falsos , cuando podrían estar siguiendo pistas fiables». Al respecto, en cuanto a la investigación sobre el paradero de su hijo, la Policía «está siguiendo una nueva línea que cree que puede dar frutos», comenta, esperanzado, Isidro.

No solo se destinan medios y personal a seguir rastros ficticios aportados por otras personas. «Ahora está de moda una especie de juego que circula por internet en el que se anima a los jóvenes a desaparecer durante 48 horas . Esto hay que atajarlo de raíz como sea», señala el progenitor.