Los retrasos en 28 depuradoras de Córdoba provoca las quejas de los constructores

A Francisco de Paula Algar la quedan otras 27 visitas como ésa para cumplir un compromiso que la Junta debió de formalizar hace más de una década . Son las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) de la provincia de Córdoba que aún no se han construido, ni licitado, ni cuentan con un proyecto redactado. Están, en palabras del delegado de Medio Ambiente, «en alguna fase concreta».

Según un informe de la Asociación de Abastecimientos de Agua y Saneamientos de Andalucía (ASA-Andalucía), a fecha de julio de 2016 aún hay 28 municipios o núcleos de población sin depuración de aguas . De ellos, 15 municipios ya tienen el proyecto redactado y se encuentran en fase de licitación, un trámite administrativo que puede durar meses antes de que empiecen las obras.

La obligación de depurar las aguas urbanas viene de largo. Data de 1991, hace ya un cuarto de siglo, cuando la Unión Europea obligó mediante una directiva a tener listas en el año 2000 las depuradoras de los municipios de más de 15.000 habitantes; para los demás, el plazo acabó en 2005. Consciente de un retraso manifiesto , la Junta aprobó en el año 2010 un decreto por el que se declaraban de «interés de la Comunidad Autónoma» una serie de estaciones depuradoras en toda Andalucía que debieron estar en funcioamiento cinco años antes. En Córdoba, eran 27 EDAR , incluyendo la de la capital. La intención del decreto era forzar la máquina para tener listas todas las depuradoras incluidas en el listado en 2015. Para que no hubiera problemas financieros, la Junta creó en el mismo año el canon del agua . Hasta 2013, se habían ingresado por ese concepto 133 millones de euros, pero sólo se habían gastado 32; en la actualidad, el montante podría alcanzar los 470 millones . Es un dato de la Federación Andaluza de Empresas de la Construcción (Fadeco).

De aquellas 27 depuradoras de la provincia de Córdoba que por decreto debieron terminarse el año pasado, aún hay 15 en fases previas del proyecto . Y no es por falta de dinero, gracias al canon del agua.

Aquí es donde entran los constructores andaluces. Con 470 millones listos para gastar —sobre una inversión prevista total de 1.765 millones en 300 depuradoras por toda la región—, el gasto en obra pública supondría una inyección de dinero para las empresas constructoras, pero el impuesto del agua «o duerme el sueño de los justos o se ha dedicado a otros fines» , sostiene Francisco Carmona, presidente de Fadeco, la patronal del sector. «No tiene explicación que habiendo una fuente de financiación asegurada el proceso esté paralizado», afirma Carmona. En el caso de Córdoba, los constructores reconocen que « hubo un empujón a finales de 2015 , cuando se licitaron proyectos y la ejecución de alguna obra, pero no se han cumplido los planes».

Por el contrario, ASA-Andalucía cree que l a situación económica justifica los retrasos . Para su presidente, Pedro Rodríguez Delgado, «Pese a que desde la década de los 90 las inversiones destinadas al desarrollo de infraestructuras hidráulicas han permitido que el 85% de la población andaluza devuelva depuradas sus aguas residuales al medio hídrico frente al 28% que lo hacía en 1992, es cierto que aún queda trabajo por hacer . Pero no es menos cierto que la compleja situación económica ha dificultado en cierta medida la ejecución de infraestructuras, que por otro lado son también muy costosas y difíciles de culminar».