Salud descarta que el brote de la discoteca de Córdoba cause una transmisión sin control

De momento, los positivos oficialmente comunicados por este foco se sitúan en 91, según datos de este marte, y, cada vez que se reciben pruebas, los afectados son menos, explica la coordinadora de la estrategia Covid de Andalucía, la doctora Inmaculada Salcedo .

De la última remesa de 99 PCR, han llegado tres positivos. El último parte oficial refleja diez casos más ligados al segundo brote de la capital. El primero, que afectaba a cuatro personas, está técnicamente en fase de control. Lo importante, explica la experta, es el perfil de las personas que han dado positivo.

Todos ellos son personas que participaron directamente en las actividades o sus contactos directos. Es decir, el joven que estuvo tomando una copa, sus amigos o sus familiares directos. Lo que no se ha detectado -se insiste, por el momento- es que haya saltado al dependiente de una tienda en el que compraron el pan. El círculo, de momento, está cerrado tras una movilización de recursos «a lo bestia», dice Salcedo.

La doctora asegura que buena parte de culpa ha sido por la estrategia de una realización masiva de pruebas en un tiempo récord. De las más de dos mil PCR, la gran mayoría ya tiene resultados negativos . Y las consecuencias son las mismas. Si alguien da positivo, se le confina hasta tanto dé negativo. Si da negativo, se le confina igualmente (si forma parte de la red de contactos) durante una semana como periodo de cautela, lo que implica que más de mil personas estén ahora mismo en sus casas. Lo más seguro es que se tenga que repetir la enorme cantidad de pruebas. Mientras tanto, el control es del confinamiento es telefónico y la advertencia es clara: «Vulnerarlo supone un delito contra la salud pública condenado con cárcel ».

Una de las mejores noticias que se pueden dar de esta muy mala noticia es que la transmisión no se encuentra descontrolada tras el que es el brote con más positivos de Andalucñia. Otra buena es que, de momento, no existen ingresos hospitalarios. Todos los casos, 83, son personas asintomáticas o con sintomatología leve . La premura en la detección y aislamiento debe haber servido para evitar que estas personas hayan limitado sus contactos con personas mayores , enfermas o inmunodeprimidas.

«Poca broma con esto», explica la doctora Salcedo. «Hay más desconocimiento que irresponsabilidad », asegura. En estos momentos, hay casos de Covid en la UCI de personas que no son ancianos. Por ello, explica se deben evitar a toda costa los comportamientos que impliquen riesgo. Actualmente, la apertura de locales nocturnos o la celebración de eventos como graduaciones está permitida con determinadas condiciones de seguridad. El problema, explica Salcedo, es que son entornos donde se bajan las guardias.

«La distancia social no se sigue o comparten enseres como los vasos o las cachimbas y eso es un problema», explica la doctora. El presidente del Colegio de Veterinarios y asesor del grupo de expertos Covid, Antonio Arenas, afirma además que la presencia prolongada de entornos cerrados se ha demostrado como un elemento de riesgo porque el virus se transmite en aerosol. Es decir, por el mero hecho de inspirar y exhalar aire por la nariz, explica el profesor de Virología de la UCO José Juan Aguilar Galván .

Tanto Arenas como Salcedo atribuyen el hecho del bajo número de ingresos hospitalarios a factores como que se afecte a un grupo de población resistente a los efectos de la dolencia como a que exista, por la razón que sea, un menor grado de carga vírica que hace que la enfermedad es menos violenta en estos momentos. «Lo que está claro es que el calor no tiene ningún efecto», explica Salcedo, que llama a los más jóvenes a no tener falsas creencias sobre la materia. El profesor Arenas sí establece una derivada de las altas temperaturas : la existencia de un menor riesgo de contraer la enfermedad por contacto con superficies contaminadas expuestas al sol del mes de julio que limita la vida útil del virus.

Existe, reconocen estos expertos, un fuerte factor psicológico . «Los jóvenes son quienes peor llevaron el confinamiento y son ahora a quienes más le cuesta cumplir con las directrices de higiene y distancia social », explica Arenas. Aguilar Galván lo explica de manera mucho más cruda: «Hemos bajado la guardia». Presente en Barcelona en estos días, el científico asegura que, de forma comparada, el cumplimiento de uso de mascarilla es mucho más reducido que el que se hace en Córdoba.

Sin embargo, advierte que «visto lo visto» es preciso volver a un sistema de aforos más exigente en los establecimientos públicos. Bajo su punto de vista, uno de los errores de comunicación que se han cometido con el Covid es el de intentar hurtar al público la parte más desagradable de todo: los muertos. «Tendríamos que haber sido todos más alarmistas», en la línea de las campañas que realiza la Direccción General de Tráfico para el control de los accidentes.