LIBRE DIRECTO
La rebelión andaluza
Nuestro país tiene un lastre en la superioridad ética de la izquierda y en el monopolio de la democracia
El próximo presidente de la Junta, Juanma Moreno
Permítame que comience mi artículo con dos anécdotas personales. La primera ocurrió el día de las elecciones generales de 1996 , siendo yo un modesto e ilusionado interventor del PP. Durante el recuento llegaron noticias del triunfo de Aznar en España y la interventora ... del PSOE, nerviosa durante toda la jornada, me soltó: «pues habrá que volver a aprender el ‘Cara al sol’». Tales eran las descalificaciones y miedos que habían sembrado los socialistas en la campaña electoral, dóberman incluidos.
La segunda anécdota es de 2008. Volvía en el último AVE de dar clases en Madrid y coincidí en uno de los asientos enfrentados con dos concejalas socialistas de Arcos de la Frontera , eufóricas por sus gestiones en los ministerios de la mañana y por el sarao posterior. Tras las presentaciones, aclaradas nuestras profesiones y condición de andaluces, al ver que llevaba el ABC dijeron: «¿Cómo se puede ser andaluz e historiador y de derechas?». Una suficiencia y un desprecio al que no vota a la izquierda nada inusuales.
Nuestro país tiene un lastre en ese monopolio de la democracia y de superioridad ética que se atribuye la izquierda. Desde Zapatero el problema es mayor, pues con él se volaron los grandes acuerdos de la Transición, se tildó la reconciliación entre españoles que surgió de ella como « Régimen del 78 », se tendieron puentes y alianzas con quienes aspiran a cargarse esa unidad y convivencia y se generalizaron los términos «facha» y «cordón sanitario» contra los que no pensaban así.
En nuestros días asistimos a la demonización del nuevo partido Vox, al que incluso determinados medios de comunicación nunca citan sin añadirle la coletilla de « partido de extrema derecha » o «ultra». No así con Podemos , al que jamás le añaden los conceptos extrema izquierda, populista o marxista, como tampoco tildan a Bildu de proetarras, ni a los independentistas catalanes de anticonstitucionales. Todos ellos sostenedores de Pedro Sánchez en el poder.
Durante mucho tiempo, la derecha acomplejada aceptó ese maltrato. Incluso el PP, tras 2008, asumió la etiqueta de crispación que le atribuyeron y pasó a un perfil plano. Y creyó que su victoria en 2011 se debió a ello en vez de al desfonde de Rodríguez Zapatero y su gestión de la crisis. Por eso, la novedad ahora en el escenario político es el votante de derechas sin complejos que, visto por dónde van los derroteros de España con Sánchez y cómplices, se ha rebelado contra esas etiquetas de la izquierda y primero llenaron los balcones de banderas y luego las urnas andaluzas de votos.
La rebelión andaluza , inesperada como todas las rebeliones, encontró tres opciones, desde el centro a la derecha pasando por el centro derecha, que han resultado mayoría. Nadie en la izquierda se ha parado a hacer autocrítica en los graves errores en Educación y Sanidad, los casos de corrupción, una gestión ideologizada y sectaria y en que Andalucía sigue a la cola de Europa tras 36 años de gobiernos del PSOE y ser una de las regiones que más ayudas recibe de la Unión Europea.
Los acuerdos para lograr un Gobierno de cambio en Andalucía han provocado extender a PP y Cs las descalificaciones contra Vox , como ya vimos en las manifestaciones posteriores a las elecciones del 2 de diciembre, pretendiendo sustituir con los «votos de la calle» los votos de las urnas. No terminarán ahí y tanto el Gobierno central, como muchos partidos, grupos y medios de izquierdas llenarán el ambiente en las próximas semanas de ruidosas desautorizaciones y palos en las ruedas contra la rebelión andaluza.
Por ahora, el mandato de la mayoría de forjar un cambio histórico y necesario en la forma y fondo de gobernar Andalucía va cumpliéndose. No sin dificultades, los responsables políticos han estado a la altura de sus votantes y con generosidad y sentido común han dado pasos decisivos. Previsiblemente, este miércoles Juanma Moreno será investido presidente de la Junta, el primero no socialista de la historia. El líder popular ya ha anunciado diálogo y esperanza de cambio. Será un Gobierno complejo y con una oposición furibunda por miedo a que la rebelión andaluza se extienda a las demás elecciones y al resto de España. Buena suerte.
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