El parking del Palacio del Sur

Pero aquello no era tan fácil como nos lo vendían. Llegó otra Corporación. Con IU ya gobernando sola, el Palacio del Sur perdió el norte. Lo iba a acometer y gestionar Ferrovial , pero la factura se disparó a 170,8 millones. En 2008, esta compañía tiró la toalla alegando que no hallaba financiación y, a buen seguro, sabía que ya no la iba a conseguir. El grifo del crédito se secó. El boom hizo crack tan fuerte que se nos pasó la melopea de golpe y nos entró un resacón que duró años. El Ayuntamiento, de nuevo con un bipartito IU-PSOE, no se quiso enterar de lo que pasaba y se portó como ese colega cansino empeñado, cuando la juerga se ha acabado, en que tomemos la antepenúltima, la penúltima, la última… y la espuela.

El Consistorio se palpó los bolsillos y buscó a su arquitecto-estrella de cabecera, Rem Koolhaas (autor del proyecto original), para que le sirviera otra ronda de ilusión. Le encargó que recortara su diseño y lo dejara en uno de 67 millones, para abonarlos a escote entre las Administraciones. Pese a la ayuda de la Junta (18 millones) y el Ejecutivo central (9), el coste era enorme para un Ayuntamiento con las arcas muy tocadas. El cogobierno siguió intentándolo, pero llegaron las municipales de 2011 sin que pudiera ni brindar por el inicio del contrato de las obras.

Tras los comicios, al nuevo alcalde, José Antonio Nieto (PP), le tocó barrer el confeti de un carísimo festejo en el que no hubo nada que celebrar. Cuando en 2012 aparcó definitivamente el Palacio del Sur, la factura eran 10 millones gastados en el fallido centro de congresos: para adquirir a Ferrovial la iniciativa, pagar los honorarios astronómicos de Koolhaas o las catas. Esos 1.664 millones de las viejas pesetas yacen en el solar de Miraflores enterrados entre delirios de grandeza municipales. Ahora, lo máximo que se le ocurre hacer allí al Consistorio, otra vez dirigido por PSOE e IU, es dejar caer un parking en superficie encima de la parcela de marras. Que lo hagan rapidito. A ver si le sacamos algún provecho a unos terrenos que se tragaron 10 millones. La izquierda se los gastó en un proyecto que lo único que realmente tuvo de mastodóntico fue su fiasco.