Los nombres objeto de la polémica

El cordobés José Cruz Conde (1878-1939) fue comandante de Artillería . Fue en 1923 enlace entre los ideólogos del g olpe de Estado que trae la dictadura de Primo de Rivera. En abril de 1924, se convierte en regidor de Córdoba . Será decisiva para modernizarla. En su mandato, se impulsó la gran reforma del Centro (con la plaza de las Tendillas como icono ), se construyó el pantano del Guadalmellato (vital para el abastecimiento de agua) o se amplió el alumbrado público. Nada más arrancar 1926 deja el cargo, para ser gobernador civil de Sevilla . Colaboró en el levantamiento de 1936. Ejerció desde Madrid de enlace con los sublevados de Córdoba. Está en la capital de España cuando estalla la Guerra Civil y tuvo que refugiarse en distintas embajadas.

En 1939, fallece en Madrid . Enrique Aguilar, historiador y coautor de una obra sobre él, ha señalado que participó en el alzamiento, pero que «no era un fascista» y recuerda lo crítico que fue con Franco .

El cordobés Antonio Cañero (1885-1952), padre del rejoneo moderno, se ve en el foco de la polémica por la pretensión de colectivos memorialistas de quitarle su nombre a la plaza de Cañero, rotulada así en 1988, con IU en la Alcaldía. Le acusan de crímenes en la Guerra Civil. El PP, en el proceso de revisión del callejero , presentará un «informe histórico que desmentirá su leyenda negra». Cañero, militar de Caballería, llevó el nombre de Córdoba por plazas de todo el mundo de 1921 a 1936.

Su retirada de los ruedos coincidió con la Guerra Civil . Tras ella, se integró perfectamente en la vida civil cordobesa y llegó a ser concejal del Ayuntamiento. Su huella quedó definitivamente ligada a la ciudad cuando cedió 51.500 metros cuadrados de suelo , que fueron parte del nuevo barrio de viviendas sociales que levantó la Asociación Sagrada Familia (obispo Fray Albino). Desde entonces, dicho barrio es conocido popularmente por el nombre de este histórico rejoneador .

Este madrileño (1886-1964), conocido en Córdoba como el Conde de Vallellano y que fue ministro de Obras Públicas de 1951 a 1957 con Franco, tuvo gran relación con la capital desde 1943. Ese año, su hija Guadalupe se casó con Antonio Cruz Conde , que en 1951 se convirtió en alcalde de Córdoba. El regidor y Suárez de Tangil formaron un equipo que impulsó la ciudad .

Con ellos en sus cargos, se solucionó el sempiterno problema de abastecimiento de agua . Igualmente, el ministro de Obras Públicas inauguró en 1953 el puente de San Rafael y en 1955 hizo lo propio con la avenida que lleva su nombre. El PP ha avisado de que el Conde de Vallellano da nombre a esta avenida en reconocimiento a « sus actuaciones en Córdoba », como recoge el expediente por el que se rotuló. Ha añadido que el Consistorio de Madrid , que dirige Ahora Madrid (Podemos), no ha eliminado la calle que tiene allí Suárez de Tangil.