LIBRE DIRECTO

El monopolio de la democracia

La izquierda en España piensa que tiene el monopolio de la democracia y reacciona airadamente cuando se lo discuten

Manifestación contra el ascenso de Vox en Córdoba EFE

En la película «Resucitado» (Kevin Reynolds, 2016) cuando Caifás se presenta ante Pilatos para exigirle que ponga guardia en el sepulcro de Jesús para evitar que roben el cuerpo y se produzcan alborotos, el gobernador romano intuye sus verdaderos temores ... y contesta: « No te preocupes, seguiréis teniendo el monopolio de la piedad ». Aquellos sacerdotes basaban su poder en decir al pueblo judío lo que estaba bien y mal y temían que llegase una fe que les desbaratase ese control absoluto de mentes y corazones . Algo similar le pasa a la izquierda en España , que piensa tiene el monopolio de la democracia y reacciona airadamente cuando alguien se lo discute.

Vaya por delante mi respeto y aprecio por mucha gente de izquierdas que conozco y con la que comparto charlas enriquecedoras desde la pluralidad. Mi admiración por figuras como Felipe González o Santiago Carrillo , cuyas renuncias y aportaciones sumaron para lograr la concordia de nuestra Transición . Mi crítica va hacia esa izquierda cínica que enarbola la bandera de una supuesta superioridad ética y camufla un sectarismo ideológico y una doble moral. Esa izquierda se ha manifestado virulentamente tras los resultados de las elecciones andaluzas del pasado domingo.

No es de recibo que vengan a exigir respeto a la lista más votada, porque la memoria está fresca de cuando solo en Córdoba y hasta en tres ocasiones, 1999, 2007 y 2015 , los perdedores arrebataron la Alcaldía al PP que la había ganado en las urnas. En Andalucía, en 2012, ocurrió lo mismo con las elecciones autonómicas. No existe ninguna comunidad donde el PSOE haya respetado la lista más votada si , pactando con otros , podía hacerse con su gobierno: Aragón (2003 y 2015) Baleares (1999, 2007 y 2015) Galicia (1987 y 2005) y Madrid (1991) solo por citar unos ejemplos.

Desbarra también esa izquierda ahora en resucitar un « cordón sanitario para aislar a la derecha », como ya pidiera en el año 2007. Y que ante los buenos resultados andaluces de Vox y su posibilidad de pactar con PP y Ciudadanos , la ministra de Justicia haya definido a aquel como partido anticonstitucional, mientras considera constitucionales a quienes sostienen al actual ejecutivo central: los separatistas catalanes que dieron un golpe contra la unidad de España, los proetarras de Bildu y Podemos, que un día sí y otro también reniega del Espíritu de 1978 .

Fue Pablo Iglesias quien la noche de las elecciones andaluzas llamó a ocupar las calles y crear un frente antifascista… muy democrático cambiar los resultados de las urnas por la ocupación de las calles. Se etiqueta de fascista a Vox y se incluye en el saco al PP y Ciudadanos por su posible pacto, o sea 1,8 millones de fascistas en Andalucía . El resultado han sido las marchas crispadas de esta semana en las capitales andaluzas —en Córdoba con las declaradas simpatías gubernamentales— donde entre banderas republicanas, separatistas y comunistas con hoz y martillo , se gritaba: «Andalucía tumba del fascismo» o « Sin piernas, sin brazos, los fachas a pedazos ».

En un tiempo lejano que parecía superado en España, Largo Caballero, líder del PSOE, durante un mitin en Alicante el 20 de enero previo a las elecciones del 16 de febrero de 1936 que darían el Gobierno al Frente Popular , azuzaba así a las masas: «Quiero decirles a las derechas que si triunfan nuestra labor será doble: colaboraremos con nuestros aliados dentro de la legalidad, pero tendremos que ir a la guerra civil declarada ». Un lenguaje del año 1936 imitado en 2018 por quienes buscan resucitar las dos Españas.

Ha renunciado esa izquierda a analizar las causas de su derrota, que sin duda encontrarían en la radicalización ideológica y sectaria con que han teñido sus modos de gobernar los alcaldes de muchas localidades andaluzas, el ejecutivo autonómico y, sobre todo, el Gobierno de Pedro Sánchez . Se han alejado de la primera lección política que es escuchar al pueblo y hacerse cargo de sus necesidades, no de las necesidades que esa izquierda inventa. En una sociedad madura el monopolio de la democracia lo tienen el pueblo soberano y el cumplimiento de las leyes. Respetemos el resultado de las urnas, que la alternancia siempre es buena, y mantengamos la cordura.

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