¡Viva Andalucía!

Cuando hablan los maestros, uno debe callar. Tuve la suerte de oír en directo, en el Teatro de la Maestranza, el viernes en Sevilla, el discurso que pronunció Antonio Burgos , en nombre de todos los galardonados con las Medallas de Andalucía y en el suyo propio por la designación de Hijo Predilecto . Ayer lo recogía íntegro ABC en su Tercera. Permitan les entresaque unos párrafos con los que el maestro Burgos muestra como pocos el significado de Andalucía:

«La muerte de Joselito, la muerte de Manolete , la muerte de Ignacio Sánchez Mejías. El nacimiento de Velázquez, el nacimiento de Cánovas del Castillo, el nacimiento de García Lorca, el nacimiento en La Rábida del sueño americano de Colón, el nacimiento de Venus entre las olas de La Caleta, que es playa quieta a la que solemos llamar Cádiz o Cuna de la Libertad desde hace tres mil años. Y fenicios y tartesios y más moros y más cristianos y descubridores y comendadores cristianos y caballeros cubiertos, ilustrados, liberales (…) Murallas de alcazabas, Almerías de luna con sol a mares, a espuertas de cal de Morón, de cal de Arcos de la Frontera, de cal de Vejer, de cal de Guadix, olivares de plata de Jaén y bueyes de las arenas del Rocío y los caballos de Jerez y los jinetes de Córdoba por el llano de las vegas de naranjos, de almendros, de almazaras, de albéitares, de alhucemas, de albardones de mulas que van al río llevando un cante, una copla, una canción, penas y alegrías, esperanzas y quebrantos, la emigración, el paro, firmar con el dedo o ganar el Nobel de Literatura , sentimientos que atraviesa un Ave, que baña una Costa del Sol».

Y Andalucía es actualidad porque tras cuarenta años del 28-F , nuestra región es la que puede poner cordura y exigir rectificación en la peligrosa deriva por la que nos lleva un Gobierno central entregado a quienes pretenden liquidar la Constitución y la convivencia entre españoles. Así lo ha resumido otro maestro, Ignacio Camacho : «La paradoja histórica reside en que ahora es el centro-derecha, que en 1980 se opuso -enorme desatino- a la reclamación de Andalucía, el encargado de la defensa contra el desafío nacionalista, ante la renuncia de una izquierda replegada en un oportunismo de cortas miras. Si entonces se trataba de impedir que nadie quedara por debajo, hoy la prioridad consiste en evitar que algunos se sitúen por encima».