PRETÉRITO IMPERFECTO

Resetear el mandato

El Covid-19 ha torpedeado la tarea hecha en Córdoba para dar un giro a la situación. Toca resetear, priorizar pero no zanjar el futuro

El alcalde, a la derecha con mascarilla junto a Salvador Fuentes VALERIO MERINO

03/04/2020 a las 08:29h.

EL mandato municipal se ha truncado en Córdoba como en todo rincón viviente de este planeta gripado. Tras ocho meses en los que Bellido había encauzado los mimbres de un giro en la ciudad, el mazazo del coronavirus y, sobre todo, sus nefastas ... consecuencias económicas, han torpedeado todo ese trabajo y obliga a resetear por completo las prioridades y los planes de futuro. No a darlas por zanjadas, porque queda calendario y sería absurdo enterrar las expectativas. Porque si algo nos está enseñando, entre otras muchas cosas, esta crisis es a navegar en la imprevisibilidad absoluta. La de la propia enfermedad, la de nuestro presente inmediato ante una manifiesta incapacidad política, sobrepasada, y unas secuelas de toda esta fractura que no podemos alcanzar ni a imaginar. Y no me refiero ya sólo a las laborales, sino a las psicosociales o a las que incluso se pueden desprender del modelo de Estado en una fricción latente que obligaría a revisar algunas cuestiones elementales.

No tiene suerte Bellido con las crisis económicas. Llegó al despacho del Área de Hacienda del Ayuntamiento de Córdoba en 2011 y se encontró una gigantesca recesión en la que los bancos cortaron el grifo, las prestaciones sociales se terminaban, las necesidades se multiplicaban y la agenda municipal vivía con este pan para este queso y salvando los servicios básicos. Y a ello añadió una herencia contable en la casa de la calle Capitulares con muchos boquetes. El paró se disparó a cotas inimaginables en la ciudad y poco más se pudo hacer que salvar unos muebles en precario. Y aún así, se hizo, aunque las urnas no dieron el respaldo suficiente para buscar tiempos de más holgura.

Al llegar al despacho de Alcaldía el pasado mes de junio, José María Bellido veía con claridad meridiana una oportunidad para desarrollar un proyecto solvente a medio plazo en otro contexto económico bien distinto. Con las ideas claras —como suele tenerlas— y un equipo por hornear, era cuestión de tiempo. Acertó en las prioridades inmediatas. Sin ladrillos, ni máquinas, ni planos. Confianza, seguridad jurídica, entendimiento con todos los sectores sociales y económicos y una hoja de ruta. Desatascar la maquinaria municipal y el marchamo que se había impuesto tiempo atrás. Sacar a pasear a Córdoba , ponerla en el escaparate —aunque pensemos todos que no haría falta, porque Córdoba engatusa sola— y situarla en el sitio que le corresponde. Pero el Covid-19 , que no entiende de territorios, estatus, personas, ideologías ni edades, prácticamente, ha roto por completo nuestra zona de confort.

Hay proyectos que podrán seguir adelante cuando el parón burocrático concluya puesto que son iniciativas en curso (Palacio de Congresos y Centro de Convenciones, por ejemplo), aunque otras se postergarán, porque en todas las instituciones tendrán que reprogramar acciones para ir cubriendo las brecha sociales que surgirán en los próximos meses, aunque no perdurarán en el tiempo como ya ocurrió años atrás. Ni las empresas, ni los bancos, ni las administraciones están ahora como se fueron marchitando en la crisis de 2008 . La imperiosa necesidad de una efervescencia en la demanda en aquellas casas que puedan aguantarlo podrá ir cubriendo a la otra parte de la sociedad que tardará en recuperar los días que dejaron colgados un 14 de marzo.

Hay que resetear el mandato, hay tiempo, tal vez no haya ni que precipitarse, pero debemos estar preparados.