Doña Mencía se cura completamente de su duro brote de Covid

Este año los mencianos esperaban un mes de abril muy diferente al del 2020, pero la realidad que han vivido se asemeja demasiado al momento en el que se decretó el estado de alarma a nivel nacional. «La diferencia es que el año pasado era una situación compartida en toda España y ahora éramos sólo nosotros , viendo municipios de alrededor con unas circunstancias muy diferentes», explica Salvador Cubero, alcalde de Doña Mencía.

La cepa británica , confirmada por el consejero de Salud de la Junta de Andalucía, Jesús Aguirre, entró en la localidad a finales de marzo llegando a contagiar , en su pico más alto, a 355 personas de los 4.615 habitantes que tiene el pueblo. Era el municipio con más infectados de toda Andalucía lo que tuvo un eco en todo el país.

Con familias enteras confinadas en sus casas , una de sus vecinas relata que era como vivir en un «pueblo fantasma» . «No te encontrabas a nadie prácticamente comprando en las tiendas», explica Manuela López, y después de esa primera hora de la mañana las calles se vaciaban completamente dejando una localidad solitaria.

Ella , que superó el Covid el pasado mes de noviembre, sí podía salir dos veces en semana a hacer recados de primera necesidad, pero otros como Manuela Lama, que se contagió con la cepa británica en esta última ola , han dependido de que los comercios les llevaran la compra a casa . «Aquí nos hemos ayudado entre todos», comenta esta vecina que dio positivo a raíz de que su hijo se contagiara en el colegio. Si bien no se considera que los centros escolares hayan sido el foco principal de este brote localizado, sí que se registraron altos índices de casos en varias aulas, saliendo muchos maestros ya vacunados con la primera dosis positivos.

«Nosotros dejamos de llevar al niño al colegio antes incluso de que los cerrara la Junta », explica Manuela Lama, pues el cierre oficial de los colegios duró una semana, del 5 al 11 de abril. Una medida que, como otras, piensan que llegó muy tarde . «Si hubieran cerrado antes, el municipio no habría llegado a estos índices de contagio», lamenta el alcalde. Aunque para cuando decretaron el cierre perimetral Doña Mencía, el municipio ya había optado previamente por el confinamiento voluntario, llegando a cerrar voluntariamente negocios y hostelería en todo el pueblo.

«Tres semanas de vacaciones» , así es como decidió tomárselo Juan José Urbano, propietario del Bar Lama , que ya pudo reabrir su establecimiento el pasado 16 de abril, aunque el cierre perimetral lo han tenido vigente hasta este viernes 23. «Se nota que viene menos gente; ahora estaremos al 60% de nuestra facturación habitual », dice.

Y es que no es el único que piensa que esta pandemia está alterando la manera de vivir de las personas. «Hay gente que se está acostumbrando a salir menos de casa y eso lo notamos los comercios y la hostelería», apunta él. Una opinión que comparte su vecina Manuela López, asegurando que «el covid nos ha cambiado a todos el hábito de vida ».