Desaparecido en Córdoba | José Morilla, perdido en un «Expediente X»

Hasta 150 voluntarios , una docena de zonas de la ciudad rastreadas, decenas de efectivos policiales y de salvamento, perros adiestrados, caballería, helicópteros... y hasta drones ayer mismo y apenas cuatro pistas que no arrojan mucha luz sobre su paradero. «Parece que se lo ha tragado la tierra», confiesan a ABC fuentes de la investigación. «Recibimos todos los días llamadas de personas que se topan con hombres y mujeres desorientados por la calle, en plena ciudad, pero de José..., ni rastro», apostillan los agentes.

El pasado viernes 21 de agosto José Morilla -delgado, canoso, 1,70 metros, pantalón claro, camisa de cuadros de manga corta y zapatos azul marino- sale de su casa junto al céntrico parque de Colón para recoger la analítica de su mujer en el centro de salud de la avenida América. Apenas 100 metros de distancia entre un punto y otro. José, como tantos mayores de su edad, lleva seis meses sin apenas pisar la calle entre el confinamiento y el temor al contagio tras el final del estado de alarma. Sólo bajar a por tabaco, algún recado hogareño cercano y poco más. Su familia, desesperada, asegura que no padece ningún trastorno cognitivo aunque todo apunta a que el periodo de reclusión ha podido causarle alguna desorientación. Su estado físico es bueno.

Hacia las 11.30 horas deja su vivienda. No porta llaves, móvil, tarjeta de crédito o DNI. Según la Policía, en su bolsillo lleva algo de dinero y la tarjeta electrónica de Aucorsa , la empresa municipal de autobuses. Tampoco lleva mascarilla puesta. Tanto este detalle como el del teléfono son muy relevantes para la investigación. Primero, porque sin el celular se restringe la posibilidad de rastrear una zona concreta o los movimientos que deja tras de sí el móvil. Segundo, porque sin cubrebocas no podría acceder a un autobús porque se lo reprocharían, e incluso por la calle a cualquier transeúnte también le llama ya la atención esta circunstancia.

José Morilla emprende su camino pero muy pronto se desorienta, ya que él mismo pregunta a una mujer junto al restaurante El Globo (apenas a 150 metros de su casa) por el centro de salud al que va. Las altas temperaturas en esos días no ceden. Esta primera testigo le indica la dirección de uno en el vecino barrio de Santa Rosa. Pero algo más tarde, el octogenario entra en una clínica de fisioterapia de la misma zona para buscar norte hacia su destino. Allí pregunta a una empleada. Hacia las 13.13 horas de ese viernes 21, la cámara de seguridad de una agencia de seguros (cerca de un conocido gimnasio) en la avenida Cronista Salcedo Hierro -a escasos metros de su casa y del encuentro con las testigos- capta la imagen de José andando, sin mascarilla, y con la ropa señalada en el anuncio por la familia.

Hay otra imagen, la que capta en esa misma calle una cámara del Ayuntamiento de Córdoba y su Departamento de Movilidad , y en la misma se comprueba cómo camina hacia adelante y atrás en un claro signo de desorientación. Los efectivos policiales llevan días trabajando en el visionado de imágenes registradas en comercios e instancias públicas. Una tarea lenta pues precisa de tiempo, colaboración ciudadana para abarcar más puntos, y agentes. «No hay nada más, porque no hay nada más», insisten las fuentes policiales consultadas.

Este viejo profesor de Montalbán no dispone de segunda residencia a las afueras de Córdoba como muchos cordobeses. Ni solía dar largos paseos antes del confinamiento. Ni visitar a sus hijos en sus domicilios. Ni viajar, prácticamente. La Policía ha rastreado en Montalbán por si hubiera querido regresar a su pueblo en un autobús. «Pero sin la mascarilla puesta no hubiera podido subir a ninguno, en todo caso, y hubiera saltado la alarma», comenta uno de los investigadores.

Ayer tarde, otro nutrido grupo de voluntarios y familiares siguió la batida por la zona de Mirabueno con drones cedidos por asociaciones de guardias civiles de Montilla y Granada. Horas antes buscó por el arroyo Pedroche . Un lugar que por la mañana patearon agentes policiales tras peinar naves abandonadas y solares del polígono industrial Chinales , una zona no muy alejada del domicilio de José y conectada con la avenida donde fue visto por última vez. Un intento más de los muchos que se llevan desde que se le perdió la pista.

Durante el fin de semana del 22 y 23 de agosto, la familia procede a denunciar la desaparición y establecen un dispositivo de búsqueda con un centenar de amigos y voluntarios que se organizan en 25 pequeños grupos para peinar el centro de Córdoba y Santa Rosa . Un día después, y tras una llamada de un vecino, el rastreo se focaliza en el barrio de Fátima , donde creen que pudo llegar caminando desde Santa Rosa. No hay rastro. El pasado lunes 24, el Grupo de Emergencias de Andalucía 112 (GREA 112) establece por primera vez el Puesto de Mando Avanzado (PMA) en la barriada de Trassierra , una carpa desde donde la Policía Nacional coordina todas las labores de búsqueda de los efectivos desplegados sobre el terreno (agentes de todos los cuerpos y voluntarios). Se incorporan dos helicópteros del Infoca desplazados desde las bases de Adamuz y Los Villares, y uno de la Policía Nacional ubicado en Sevilla.

El río se ha convertido también en otro punto caliente de estudio. Bomberos de Córdoba buscan con una lancha en el río después de que la Policía Local notifique la presencia de un objeto corriente abajo en la zona del Puente Romano . Ambas búsquedas concluyen sin resultados.

Martes y miércoles 25 y 26, el PMA se traslada de nuevo a Fátima , en la zona trasera de un instituto, y El Patriarca , en la zona residencial de pie de monte, ya sin el refuerzo de los medios aéreos. Durante el jueves 27 llegaron más refuerzos procedentes de Sevilla, esta vez perros adiestrados en la búsqueda de restos humanos y varias unidades de caballería de la Policía Nacional que durante dos días peinan las orillas del Guadalquivir con bomberos. El último fin de semana, el Puesto de Mando Avanzado no se establece y la familia continúa con las batidas por libre. La Policía prosigue su trabajo con coches patrulla y la investigación se intensifica con el visionado de imágenes de seguridad.

El pasado lunes, el PMA vuelve a instalarse con unos 150 voluntarios y efectivos. El rastreo circunda alrededores del río por el Camino Carbonell y de nuevo en la Sierra, por el entorno del Hospital Los Morales , y el martes, se replica por las proximidades del colegio Calasancio (Brillante).

«Nadie puede pensar que alguien se va a perder dentro de la ciudad, pero ha sucedido. La experiencia en desaparecidos dice que éstos, cuando aparecen, lo hacen en apenas un radio de dos kilómetros de donde su pista se desvanece. Estamos haciendo todo lo que podemos con la información que tenemos», concluyen las fuentes policiales.