SEGURIDAD
¿Cuáles son las zonas menos blindadas de Córdoba?
Algunos puntos se encuentran desprotegidos ante la circulación de vehículos mientras en otros el propio urbanismo es la protección
Imagen de la Ronda de Isasa en el cruce con la vía del Puente Romano, sin obstáculos
La protección en las calles de Córdoba es una discusión sobre la mesa de la Junta local de Seguridad y una demanda en boca de los ciudadanos que consideran algunos de los puntos más transitados de la ciudad «desprotegidos» a atentados como el ... recientemente ocurrido en Barcelona. Mientras se decide qué protecciones físicas se colocan en la capital, lo cierto es que algunas zonas peatonales sí que disponen de sus propios elementos constructivos tal y como lo ha recomendado Interior para evitar atropellos masivos. En el último año, y solo en Europa, han ocurrido ocho.
Uno de los «puntos calientes» en Córdoba es el Puente Romano. Una vía de 300 metros sobre el río despejada de obstáculos en su tránsito que prácticamente todo el año alberga numerosos turistas y ciudadanos que cruzan y se detienen a tomar fotografías. La circulación no está permitida en el recorrido que va desde la Torre de la Calahorra hasta el Arco del Triunfo , pero si un vehículo emprendiera la marcha desde la Ronda de Isasa hacia el otro lado de la ribera cruzaría sin impedimentos.
El foco del plan de seguridad también se pone sobre la Mezquita-Catedral, el lugar más visitado de Córdoba, a la cabeza también de los más visitados del mundo. Los casi dos millones de visitantes que acuden al monumento cada año se mueven por su interior y por las calles aledañas. De estas, Corregidor Luis de la Cerda está abierta al tráfico pero Torrijos queda restringida a taxistas y vehículos que van a acceder a establecimientos con permisos especiales. Y en general, la angostura de la calle y el empedrado de la calzada dificultan cubrir el perímetro de la Catedral a cierta velocidad. En definitiva, el concurrido casco histórico cordobés se protege con su urbanismo de ataques con vehículos.
Calle Torrijos hacia Cardenal Herrero, en la zona de la Mezquita
Otra zona de la ciudad, en el estudio de la implantación de bolardos o maceteros es el centro. El callejeo desde la judería es complicado pero al llegar a la calle Jesús María , las furgonetas se abren el paso entre los peatones hasta llegar a las Tendillas . La plaza cuadrada está «blindada» en tres de sus laterales, con la estatua del Gran Capitán en el centro, y el único acceso a la explanada es en la conexión con la calle Claudio Marcelo .
No obstante, desde el otro lado parten dos de las arterias comerciales principales de la ciudad que son «vía libre» en el transcurso de un vehículo. Desde el Paseo de la Victoria hasta el reloj de las Tendillas por la calle Concepción y Gondomar hay casi medio kilómetro de trayecto que no está abierto a la circulación libre salvo en un primer tramo. Sin embargo policía, ambulancias y servicios de limpieza muestran con sus vehículos un acceso libre en todo el recorrido que es en su mayor parte peatonal.
Lo mismo ocurre con la conexión de Avenida Ronda de los Tejares hasta Tendillas mediante la Calle Cruz Conde . Esta vía presenta maceteros y bancos a ambos lados de un carril central limitado a la circulación se los servicios municipales y el tránsito de personas en este punto es muy frencuente. No obstante, surge un problema a la hora de plantear el corte en estas calles, y es el acceso a garajes por parte de los numerosos vecinos de la zona, que ya presenta numerosas dificultades de aparcamiento y circulación.
Imagen de la Calle Gondomar con la Plaza de las Tendillas al fondo
Una situación diferente presenta el amplio bulevar del Gran Capitán , que con una fuente en su inicio desde Ronda de los Tejares y un pilón en su término a las puertas de la iglesia de San Nicolás se muestra cerrado a la circulación, salvo por los dos carriles laterales que están habilitados para acceder a cocheras. La reciente remodelada calle Capitulares fue delimitada en una de sus zonas por pequeñas pilonas mientras que la Corredera , muy concurrida, está protegida por una pilona desde la Espartería y por un acceso angosto.
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