URBANISMO
Las claves de la batalla de los veladores en Córdoba
Los nuevos criterios del Ayuntamiento hacen prácticamente inviable buena parte de las terrazas que se instalan de forma ordinaria en la ciudad
RAFAEL A. AGUILAR
EL rechazo frontal de los empresarios de la hostelería, unidos desde este lunes a la causa de Hostetur —la única organización del sector asociada a la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO)—, a la vuelta de tuerca que la Gerencia ... de Urbanismo pretende darle a las restricciones para los veladores se basa en la certeza de que la norma no favorece la convivencia con los vecinos y los peatones en general sino que es claramente lesiva, a juicio de los propietarios de los establecimientos de restauración, a sus intereses económicos. La experiencia acumulada durante años, si no décadas, de atención al público y el respeto a los derechos de los ciudadanos avalan, en su opinión, la enmienda a la totalidad de los denominados «criterios complementarios» a la norma municipal que regula las mesas y las sillas en la calle. ABC ilustra a continuación el punto de vista de los hosteleros sobre los puntos más polémicos de la nueva norma.
1. Los metros cuadrados
La Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) , en manos de Izquierda Unida, pretende que la superficie máxima para un velador sea de 100 metros cuadrados como criterio general a excepción de en el casco histórico, donde establece 74 metros cuadrados. El Ayuntamiento regula, además, el número de mesas y sillas en cada uno de los casos: 25 mesas y 100 sillas en las zonas sin protección patrimonial por 15 y 60 en las que sí la tienen. «No tiene sentido que nos digan los metros cuadrados y luego cuántos veladores podemos poner: queremos que esa última variable nos la dejen a nuestro criterio», suscribe el dueño de un bar de la calle Blanco Belmonte, en pleno centro histórico.
«No tiene sentido que nos digan los metros cuadrados y también el número de veladores»
2. Capacidad interior y exterior
Una de las medidas más controvertidas que la Gerencia ha puesto encima de la mesa es que ningún bar o restaurante pueda colocar más mesas y sillas de las que caben la zona cubierta del establecimiento, o lo que es lo mismo, que la capacidad máxima de la terraza sea igual o inferior al aforo del local. En cualquier caso, el Ayuntamiento «garantiza una capacidad mínima de tres veladores por bar o por restaurante». Cualquiera que sea asiduo de la plaza de La Corredera, por citar un enclave emblemático del casco histórico, caerá en la cuenta de que con este criterio restrictivo en la mano será difícil la supervivencia de más de uno de los locales que allí se encuadran.
3. La proximidad a la terraza
Los «criterios complementarios» que ha rechazado el sector de la hostelería y que Hostetur tratará de enmendar en la mesa d de los veladores indican que «la relación visual entre cualquier punto de la terraza y el local desde el que atiende debe ser directa y no indirectamente a través de elementos indicadores» y subraya que «la distancia máxima de cualquier punto de la terraza al local será de quince metros». Valga un ejemplo: la plaza que antecede al Palacio de Viana, en una de las zonas con más tirón patrimonial y turístico de la Axerquía Norte. El bar al que pertenecen los veladores tiene fuera de su vista a una parte considerable de las mesas y las sillas, como ocurre en muchas terrazas de la ciudad. «¿Y qué hacemos en esto es tipo de casos?», explica el portavoz de una organización de restauración que prefiere preservar su identidad.
El Ayuntamiento pretende que sólo haya veladores si se ven directamente desde el interior del bar
4. Las calles de enmedio
Son legión, o casi, los locales que han optado desde hace años por emplazar los veladores en un lugar que está separado del interior del establecimiento por una calle con tráfico rodado. «Sólo hay que darse un paseo por la parte trasera de Las Ollerías, en dirección al colegio a El Carmen, para ver un caso de libro», indica este mismo interlocutor. En esa zona hay un bar, como tantos otros, que hace meses trasladó sus mesas y sus sillas de la acera de su fachada a la contraria, que es mucho más ancha. Con los «criterios complementarios» en la mano no puede haber más de quince metros entre en la puerta más próxima del local y las mesas y las sillas, y en cualquier caso no podrán contarse más de cinco veladores.
5. Las zonas verdes
Hay que tener en mente los alrededores de la Puerta de Almodóvar y del Hospital de la Cruz Roja: al menos dos establecimientos tienen su sitio en las inmediaciones o directamente dentro de ese área ajardinada. Cierto es que el Ayuntamiento no se muestra inflexible en este punto: la ampliación de la norma que rebaten los hosteleros prevé la ocupación de estos espacios con carácter «excepcional y como último recurso» y pide una fianza para «responder a posibles desperfectos y el acuerdo con la Unidad de Parques y Jardines del Ayuntamiento algún procedimiento eficaz para la valoración y tramitación de estos casos».
6. Cuidado a los monumentos
Las restricciones no sólo afectan a las zonas bajo una protección patrimonial concreta, sino a todos los elementos artísticos singulares, tales como fuentes, esculturas o árboles de catalogación especial, «cuyo entorno se mantendrá libre de toda ocupación de forma que se permita su adecuada contemplación y no existan obstáculos para el acercamiento, uso y disfrute libre de ellos», dicen los criterios municipales. Las terrazas que entran en contradicción con esta regulación que al sector le parece excesiva son multitud: sirva de ejemplo la de la plaza de Jerónimo Páez, junto al Museo Arqueológico, en el que las mesas y las sillas dejan ver el caño de agua ornamental y no suelen ser un impedimento para llegar a él, pero... ¿Hasta qué punto será flexible Urbanismo en este tipo de casos?
7. La mitad de la acera
La reglamentación que tiene en mente Urbanismo dice que en una acera al uso —de una anchura superior o igual a los 4,6 metros— los veladores no ocuparán más de la mitad de ese ancho, de manera que haya una franja de 1,8 metros «de itinerario peatonal junto a la fachada que esté libre de cualquier tipo de obstáculos». Además, el Ayuntamiento no permite más de dos filas de mesas y sillas con criterio general. Esta norma es de difícil aplicación en la avenida de Barcelona, por ejemplo, donde el carril bici se lleva además una parte no pequeña de la acera. El sector pide que se revise.
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