Las claves de la bajada del turismo en Córdoba: el clima variable y la falta de promoción

Andalucía sí logra en 2018 alza de turistas (1%) y noches de alojamiento (1,6%), con aumentos en ambos campos en nacionales y extranjeros. En España, también crecieron viajeros (0,9%) y pernoctaciones (0,1%), si bien en este último parámetro sí hubo descenso de las generadas por los nacionales. En la capital, son los extranjeros los que tiran de la bajada.

ABC recurre a un reputado sanedrín, formado por profesionales que están a pie de obra en el sector: hosteleros, agentes de peso (Cabildo o Viana) o expertos. El motivo que más se repite, en los distintos análisis, cuando explican la merma de los visitantes, es el de las carencias en la promoción de la capital.

Para el director de la Casa de las Cabezas, Manuel Ramos, cuando el clima nacional del turismo se estanca (+0,1% en pernoctaciones hasta mayo), aquí se da una caída clara (-4%), porque «en su día no hicimos una buena promoción de la ciudad», que es algo que, matiza, no sólo achaca al actual gobierno municipal (PSOE-IU), sino también al anterior (PP). «Parecía que, como nos iba bien, no había que invertir en eso», sentencia. También afea a la Junta de Andalucía que «no ha puesto un duro en los últimos años» para este objetivo.

Uno de los grandes agentes del sector, el Cabildo, que gestiona la Mezquita-Catedral, apunta igualmente a este factor. Tras matizar que en lo que va de año el principal monumento de la ciudad goza de una «subida leve» de sus visitas —tiene mérito: suma ocho años seguidos de alzas—, el portavoz de este ente eclesiástico, José Juan Jiménez Güeto, sitúa como «origen» del descenso de los turistas «la falta de promoción de la ciudad».

Dejar atrás el faro que guía a los viajeros a Córdoba e ir al Centro a hablar con el gerente de la Taberna La Montillana, Rafael Gavilán, sirve para ejercitar las piernas y recoger una opinión similar. Recuerda la satisfacción «máxima» con la que el visitante deja Córdoba —lo reflejan los estudios de la Junta—. «Si no es un tema de oferta», el problema, sostiene, está en que hace falta «una promoción de la ciudad más completa». «Eso corresponde a las Administraciones, pero se debería hacer con una gran mesa en la capital y la provincia para ver cómo promocionarnos bien, aunando presupuestos y con profesionales», explica.

Por su parte, el presidente de la Asociación Provincial de Agencias de Viajes, Antonio Caño, incide en que «faltó promoción los años en los que el clima político y social de determinados destinos hizo que tuviéramos un visitante prestado». Esas carencias, avisa, al vender Córdoba «vienen de hace más de una década. Los gobiernos locales y los empresarios se han relajado y no han apostado lo suficiente».

El fundador de la consultora turística Adeitur y quien fue gerente del Patronato de Turismo de la Diputación (2004/2015), Antonio Ramos, incluye, entre los distintos motivos que da, también la reducción de ese turismo regalado: «Nos afecta ese viajero prestado que está volviendo a Egipto o Turquía».

Sus reflexiones encajan con las de Exceltur (asociación nacional de grandes empresas turísticas). En su último informe, de este mes, indica que el sector está marcado por «la fuerte recuperación de los destinos competidores, con Turquía y Egipto a la cabeza, donde los principales touroperadores han retomado su actividad».

Hay, además, interlocutores que en sus reflexiones detectan un nubarrón que debe ser coyuntural: el impacto de la extraña climatología que tuvo Córdoba hasta hace unas semanas. Entre los participantes en el reportaje que señalan este motivo, no hay unanimidad sobre el peso de este factor en la caída del tirón de la ciudad. En un extremo, está el director del Palacio de Viana, Leopoldo Izquierdo, que le da gran relevancia. «Este año, abril y marzo han sido muy lluviosos y la primavera concentra las cifras más altas de visitantes en Córdoba. Un tiempo adverso en esas fechas influye», reflexiona.

Sin embargo, el profesor de la Facultad de Derecho y Ciencias Económicas y Empresariales de la UCO y experto en turismo, Ricardo Hernández, sitúa la climatología —«El tiempo lluvioso afectó a la elección del destino»— como uno de los motivos de que «el primer semestre vaya a ser a todas luces peor que años anteriores». Pero da otras razones: la existencia de «una escasa oferta de turismo cultural nocturno y tener una comercialización de nuestras propuestas difuminada, cuando habría que centrar esfuerzos cada año en alguna modalidad de turismo o en un enclave patrimonial específico».

Hay que reseñar que un pequeño número de interlocutores no ven tan preocupante la caída. Apuntan a que el descenso de visitantes en la práctica debe ser menor, ya que las cifras de alojamiento hotelero no contabilizan a los viajeros que van a pisos turísticos [para más información ver despiece en esta página], que viven un «boom». Además, el director del hotel Alfaros pide analizar las cifras con «calma», aguardando a final de ejercicio y recuerda que se viene de un 2017 «excepcional», cuando se batió el millón de turistas.