El Estilita
Carmen en Cabra
La vicepresidenta tiene la oportunidad del oportuno desgravio estando en su ciudad el próximo miércoles
El rostro de Carmen Calvo , envejecido por los años y tal vez por errores imprescriptibles, reflejaba su mohín cotidiano. Ni siquiera la diplomacia vaticana había podido dulcificarlo. Está bien jodida. Exhumar a Franco del Valle para inhumarlo en la Plaza ... es ir de Guatemala a guatepeor . Porque se trata, al cabo, de recuperar para el dictador el culto vivo de aquel tiempo en que ellos tenían ONU y nosotros, dos. Pero Pedro es así de simple y Carmen es así de, digamos, inefable. Cómo estará la cosa que el pobre Ábalos se ha abonado al disparate y ha pedido a la familia que desista de enterrar a su ancestro en la Almudena por «humildad y patriotismo». A pesar de lo tétrico del asunto, los Franco deben estar partiéndose de risa. De la historia a la histeria debe existir un paso y ese lo está dando el gobierno socialista cada día. De ahí la determinación de Carmen Calvo, encaminándose a Roma , sin embajador ni escolta, llamando a la puerta del Vaticano y exclamando de sopetón cuando le abrieron: ¡¿truco o trato?! ¿Qué otra cosa podría haber planteado en estas fechas? Allí le dijeron que de trato nada, pero le permitieron que mantuviese el truco unas horas, lo justo para hacer el ridículo una vez más. Ya son demasiadas veces. Y aún le quedaba ayer la revisión personal de la praxis marxiana sobre los principios: en la oposición tenemos unos, pero si no les interesan, en el gobierno tenemos otros.
Por eso insto a la señora Calvo a que siente la cabeza, a que no siga engolfada en el cinismo, a que se redima, a que haga memoria histórica de la buena, de la que recuerda a todos por igual, y se desplace a su pueblo, a Cabra , donde el próximo miércoles, día 7 de noviembre, se cumplen ochenta años de un inicuo bombardeo republicano , con aviones soviéticos y pilotos españoles, que mató a 109 lugareños , heridos aparte. La mayoría eran campesinos, cuya única connivencia con el fascismo fue la de ir esa mañana al mercado a instalar sus puestos de verduras. La España republicana se moría a chorros en el Ebro y el gobierno socialista de Negrín no tuvo otra ocurrencia más vil que la de enviar los pocos aviones que le quedaban a matar egabrenses en la retaguardia. Salvo uno, que con Hidalgo de Cisneros voló a Moscú a pedirle ayuda in extremis a Stalin , el dictador por antonomasia. Alguna fibra sensible debería vibrar ese día en el torturado cuerpo político de Carmen Calvo. Un último ramalazo de amor propio tendría que exigirle un acto de desagravio a su tierra por lo que le hicieron sus correligionarios . ¿Qué menos que ir a Cabra a oír misa, en soledad, de nuevo sin embajador ni escolta, y pedir por todos los que cayeron en la guerra civil, de un modo u otro, en la trinchera o sin ella, incluidos sus 109 paisanos, que también son dignos de formar parte de nuestra memoria y de la suya ?... Y despues, si quiere, que vuelva al Vaticano. Lo mismo la perdonan .
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete