El Simpecado del Rocío de Córdoba visitará cuatro parroquias de la ciudad en sus misiones

Tal y como ha aclarado la vocal de Cultos y Evangelización de la hermandad rociera, Inmaculada Sánchez, «el objetivo de estas misiones es caminar con la Virgen del Rocío hacia Cristo, hacia esa comunión con el Pastorcito Divino, el de dar a conocer la fe y devoción rociera más allá de la fiesta».

A su vez, Sánchez ha recordado que la filial rociera «quiere ser una hermandad activa al servicio de su Diócesis» y son en estos momentos donde deben «ser cristianos valientes y activos y luchar a contracorriente para mostrar a los demás, que el ser cristiano es ser una persona viva, alegre y llena de esperanza».

Las visitas durarán todo un fin de semana. Durante estos tres días la hermandad del Rocío realizará diversos actos en el templo que visiten. De esta forma, la actividad incluye el viernes un rosario por las calles del barrio, una ponencia informativa sobre la devoción rociera, una ecuaristía y se darán a besar las borlas del Simpecado, el domingo. El sábado el Simpecado estará expuesto en la parroquia para que todos los vecinos puedan visitarlo.

De esta forma, la primera visita será este fin de semana -14,15 y 16- a la parroquia de San Antonio de Pádua, sede canónica de la hermandad de la Merced. En enero, durante los días 11,12 y 13, visitarán la parroquia de San José y Espíritu Santo, «por ser la que nos despide de la ciudad al inicio del camino y por su enclave histórico, ha aclarado la responsable de Evangelización.

En febrero, los días 15,16 y 17, acudirán a la parroquia de Beato Álvaro de Córdoba, en el barrio de Poniente. El motivo de esta visita, según ha explicado Sánchez, es porque esta parroquia es la sede del capellán de Camino de la hermandad, Tomás Pajuelo, «y ser un barrio creciente y joven». Las misiones finalizarán en el mes de marzo con la visita, los días 8, 9, 10, a la parroquia de Santa Rafaela María. Éste, como han explicado, es un «barrio incipiente y joven donde, seguro, se recibirá con cariño a nuestro bendito Simpecado».