La hermandad del Rocío de Córdoba incorpora a San Juan Pablo II como cotitular

Uno de los recuerdos de quienes presenciaron aquel día fueron las palabras que Karol Józef Wojtyla lanzó desde el balcón de la ermita marismeña: «¡Que todo el mundo sea rociero!».

La Hermandad del Rocío de Córdoba tiene una reliquia de primer grado de San Juan Pablo II, prendida en el Simpecado cordobés y que éste es otro motivo más para incluirlo como cotitular de la corporación.

Cada 22 de octubre, festividad de San Juan Pablo II, los rocieros cordobeses celebran cultos en su honor . Como anécdota, cuentan desde la hermandad, que «cuando el Santo Padre rezó ante la Virgen del Rocío el último Simpecado que bendijo antes de postrarse ante sus plantas fue, precisamente el de Córdoba ».

Ahora la Ilustre y Fervorosa Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Córdoba , en la asamblea extraordinaria de hermanos celebrada el viernes 25 de junio, ha aprobado que San Juan Pablo II se convierta en cotitular de la corporación rociera, después de la ratificación del Obispado de Córdoba.

Se trata de un hecho significativo, informa la cofradía, ya que se convertiría en la primera filial que incluirá al Santo Padre como cotitular teniendo en cuenta la gran devoción que Wojtyla demostró en vida por la Virgen del Rocío.

Es de las pocas hermandades que peregrinan hasta la Aldea del Rocío, bajo las directrices de la Hermandad Matriz de Almonte, que contarán en este caso con otro titular además de la Virgen del Rocío. En otros pueblos de Huelva, como la Palma del Condado, guardan una especial devoción al Pastorcito Divino, pero no rige como titular en el nombre de la filial.