Añadió que «hemos ido compañándole y ha bendecido a toda la ciudad y la diócesis de Córdoba. Que Dios os pague a todos este esfuerzo y este acompañamiento en la procesión», dijo a los participantes.
El Santísimo salió en la Custodia y sobre el paso a las 20.15 horas del interior de la Catedral , pero al cruzar la pequeña pendiente del Arco de Bendiciones y avanzar unos pocos metros, se quedó parado.
Durante quince minutos se intentó solventar el problema en las baterías, pero se optó por que el Señor fuera portado en el viril en las manos del obispo, al modo tradicional y más cercano al pueblo. Esperar a desbloquear el sistema necesitaba mucho tiempo y eso hubiera perjudicado la procesión, explican fuentes del Cabildo.
El sistema de propulsión eléctrico , de dos baterías, se rompió y las ruedas quedaron bloqueadas. Al regreso del cortejo, el paso ya se encontraba dentro de la Catedral.
Durante toda la semana se habían hecho un sinfín de pruebas y ensayos previos, y resulta inexplicable que esto sucediera en el peor momento posible. El mecanismo lleva muchos años funcionando y no se ha estropeado nunca hasta ese momento, subraya el Cabildo.
En condiciones normales, cada año el paso con la Custodia lleva un conductor en su interior que va guiado por el capataz, David Simón Pinto Sáez.
Pero este año, y a pesar del contratiempo, la procesión siguió su curso con toda solemnidad: el Santísimo pasó por las mismas calles previstas y por los numerosos altares dispuestos por las hermandades, entre cantos y muestras de veneración. Un palio de respeto se incorporó después sobre Jesús Sacramentado y monseñor Fernández.
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