Un alto para preparar los días grandes del camino

La hermandad cordobesa salió temprano este lunes para adentrarse de lleno en las cercanías de Sevilla capital. Pronto, a lo lejos, divisaron el gran eucalipto de Torre del Abad, con más de 30 metros de altos. Ya en el cortijo, rodeados de zonas de cultivo y de la calma que reina en el campo en las primeras horas del día, la hermandad paró las carriolas y los romeros comenzaron a trabajar.

Era hora de preparar los días grandes del camino. Toda una jornada de descanso que se invirtió en, por ejemplo, cambiar las flores de la carreta del simpecado. Los hermanos encargados de hacerlo le dieron un nuevo aspecto, más acorde a los días que vienen. Las flores pasaron a tener tonos malvas y rosas, colores que la hacen más peregrina. El resto del día se vivió con las mismas ganas con las que se empezó el camino. El espíritu de fiesta no se desligó en ningún instante del carácter religioso del camino y del Rocío. Hubo tiempo para todo en una jornada de preparación.

La noche llegó cuando estaban terminando los últimos detalles para la jornada siguiente. La Puebla del Río y su hermandad del Rocío les esperan este martes. Hasta entonces, descanso y una nueva madrugada en la que estar juntos, al abrigo de la noche y de las canciones de los romeros.