Córdoba espera a la Virgen de los Dolores

La Señora de Córdoba ya está sobre su paso en la Catedral, donde el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, preside el pontificial de esta celebración. Flores blancas y moradas están a los pies de la Virgen de los Dolores, que ya espera para salir a la calle sobre su paso. No se irá camino de los jardines de la Victoria al empezar la mañana, sino que saldrá por la tarde y por otro lugar. Si a la ida la Señor fue en andas y visitó conventos, esta vez todo será glorioso y sobre su paso.

Como en un Viernes Santo, pero con elementos que harán que sea una una noche única. Para empezar, la presencia del manto de las palomas, una de las joyas de las cofradías. Lo diseñó Enrique Redel, capellán del hospital, en 1897, y rompió el luto que había llevado siempre la Virgen, con un tono muy luminoso que se extendió a la saya, de color rojo, que sí ha llevado muchos Viernes Santos. Se estrenó el Domingo de Ramos de 1898, porque entonces había ocasiones en que la Virgen salía en este día, aunque también lo hiciera, ya de negro y luto, tras el Santo Sepulcro en la procesión oficial. Tiene unos faldones a juego en el mismo color.

Vestida igual, incluso con el pañuelo, que el 9 de mayo de 1965, la Virgen volverá a San Jacinto por Deanes, Blanco Belmonte y Jesús y María. Tras Las Tendillas tomará un camino que fue muy característico en algunos años y que ahora recuperará, a través de la plaza de los Carrillos, Caño, Osario y Burell. Un cortejo de hermanos y del resto de cofradías de la ciudad irán con la hermandad en este recorrido de regreso. Le acompañará la banda de música de Nuestra Señora de la Estrella.