Mayoría de música cordobesa en Las Tendillas

A la cabeza están dos. «Saeta cordobesa», de Pedro Gámez Laserna, considerada el himno de la Semana Santa en la ciudad, ha sonado en dos ocasiones, tras la Virgen de la Concepción y tras la de Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo. También dos veces sonó una obra reciente, pero ya muy consolidada en Andalucía. Se trata de «La Sangre y la Gloria», del cordobés Alfonso Lozano, que sonó tras la Virgen del Amor y la de las Lágrimas. La titular de la Misericordia, que completó su presencia con la emblemática «Lágrimas y Desamparo» fue una de las que escogió siempre obras cordobesas en este punto de la carrera oficial, muy importante por estar ante el palco de autoridades y las cámaras de televisión. Curiosamente, no la eligió la cofradía a la que está dedicada en este punto, donde llegó con otra propia: «Ángeles del Císter», de Pedro Gámez Laserna.

El resto siempre sonaron en una ocasión. Llamaron la atención «Reina de San Nicolás», de Enrique Báez dedicada a la Sentencia, para la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad y «Jesús Rescatado», de José Timoteo, para María Santísima de la Amargura. Las Angustias hizo sonar allí por primera vez en la calle «El último abrazo de la Madre», de José Ramón Rico, y otra obra suya, «Madre de las Angustias», y fue junto con el Calvario y los Dolores una de las que escogió obras propias. La Señora de Córdoba fue con «Virgen de los Dolores» de Enrique Báez y «Los Dolores» de José de la Vega. También nueva era «La Paz», de José Ramón Rico, para la imagen del Miércoles Santo.

La Esperanza, la Concepción, la Virgen de la Encarnación, la Merced, la Estrella, la Piedad, la Virgen del Mayor Dolor, la del Amor, la del Buen Fin, la del Dulce Nombre y la del Rosario también estuvieron entre las que se decantaron por al menos una obra propia. Dentro de las obras no cordobesas, también una clásica y otra nueva. «Pasan los campanilleros», de Manuel López Farfán, sonó para la Encarnación y la Estrella, y «Como Tú, ninguna», de David Hurtado, para la Trinidad y la Alegría.

«Amarguras» (para la titular del Rescatado), «Virgen del Valle» (para la Virgen de los Ángeles), «Jesús de las Penas» (en la Soledad de San Cayetano), la «Marcha fúnebre» de Chopin (para la Virgen del Rosario), «Mater Mea» (en el Amarrado) y «La Estrella Sublime» (para la Virgen del Buen Fin) fueron la aportación de las más clásicas. Por autores, las cuatro de Gámez Laserna lo situaron en primer lugar, seguido por Enrique Báez, con tres.