balance de la semana santa 2015
El análisis «positivo» de los capataces
Coinciden en el buen momento de las cuadrillas y destacan la calidad este año por los costaleros de los pasos de palio
Los capataces han hablado sobre la Semana Santa de 2015, concretamente del trabajo realizado por las cuadrillas de costaleros. Un sondeo realizado por ABC con opiniones de capataces arroja una lectura «positiva» de esta materia y coinciden en haber superado «los años malos en los ... que muchas tenían dificultades para disponer de dos cuadrillas para cada uno de sus pasos». Superado el problema, el debate se inclina ahora en torno a la compostura y el buen o mal hacer de los costaleros en la calle. Por lo general, y salvo contadas excepciones, la crítica es buena.
En las hermandades mejor valoradas en lo que la forma de llevar los pasos se refiere son destacables los casos de los pasos de palio del Dulcenombre, la Piedad, la Merced, el Rosario y los que lidera el equipo de Luis Miguel Carrión «Curro», sobre todo el caso del misterio del Huerto. Sobre este último caso, Rafael Soto, ex capataz de la Santa Faz y la Sagrada Cena y uno de los capataces veteranos de Córdoba, admite que sentía cierto «miedo» por el cambio de agrupación a banda de cornetas y tambores, aunque finalmente el resultado en la calle fue «muy bueno».
Aspectos mejorables
Por reseñar algunos aspectos mejorables, capataces como Lorenzo de Juan, un histórico en Córdoba, alude a los misterios que «parecen hundirse en los costeros». Soto, por su parte, se refiere a los excesivos cambios de «coreografías» en la calle por parte de la cuadrilla del paso de misterio de Humildad y Paciencia. Este último capataz recalca, en todo caso, la calidad del trabajo de los costaleros de la Merced.
Precisamente el capataz de la Merced, José Fernández, es otro de los capataces sondeados para analizar el año costalero de la Semana Santa de Córdoba. Subraya y aplaude que haya «desaparecido el protagonismo malo, aunque bien entendido, del costalero que acostumbraba a ir siempre al lado del paso» y señala que «ahora desaparece y vuelve cuando le toca otra vez, algo que tiene que agradecerse al hecho de que haya segundas cuadrillas completas».
Sobre los capataces, Fernández concluye que «ahora son más completos» y destaca el hecho de que haya con cada paso procesional entre cuatro y cinco personas, «lo que ayuda mucho al capataz a tener en cuenta todos los aspectos que le acompañan durante la procesión».
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