Narciso Michavila avisa sobre el caso ERE: «Pensar que la corrupción no pasa factura en las urnas es un falso mito»

Fue en una conferencia organizada por el Instituto Municipal de Desarrollo Económico y Empleo de Córdoba (Imdeec), en la que se refirió a los dos aspectos, aunque dejó claro que los estudios electorales, aunque aporten notoriedad, no son los que más facturación aportan a su empresa, una de las más importantes de España.

Al referirse al impacto de los últimos acontecimientos políticos, como la anulación de parte de las condenas del caso ERE en Andalucía, insistió en que hay falsos mitos electorales muy instalados entre los políticos. Por ejemplo, «pensar que la corrupción no pasa factura, y eso no es verdad, porque siempre pasa».

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Se remitió a las pruebas de años pasados: el momento de mayor castigo para los grandes partidos (PSOE, PP, CiU en Cataluña) fue por la imagen de posible corrupción. Eso sí, no siempre coincidió con una sentencia condenatoria o absolutoria: «Al final trasciende que aunque lo que se haga pueda ser legal, el político actúa en su propio beneficio».

El ciudadano, apuntó Narciso Michavila, percibe a veces que su representante, el político, ha exigido a la sociedad un comportamiento que él mismo ha cumplido. Y eso supondrá que le retire el apoyo, es decir el voto. «No pensará en votar para proteger sus intereses», dijo.

También se refirió a Se Acabó la Fiesta, el partido de Alvise, que ha obtenido cuatro españoles en las últimas elecciones europeas. «No es nuevo que aparezcan agrupaciones así en europeas, como antes Ruiz Mateos y Gil, que después se quedaban sin apoyo en las generales», dijo.

No es tan fácil hacer la extrapolación, pero apeló a la «cautela», porque la expansión de sus ideas y propuestas se hace a través de medios nuevos, distintos al internet convencional. «Eso sí: la exigencia de los electores será la de siempre», advirtió Narciso Michavila.

El presidente de GAD3 ofreció una conferencia en la que se refirió a los falsos mitos sobre los empresarios. Habló, entre otros, de la falsa idea de que la empresa es del empresario, «porque son muy importantes los trabajadores».

Incluso puntualizó el nombre de empresa privada: «Cualquier iniciativa empresarial es pública, porque su servicio es público», resaltó. Incluso la mejora de las condiciones es también buena para ellos, porque redunda en la satisfacción del trabajador.

Distinguió entre objetivos y funciones, y por eso insistió en que su objetivo no es crear empleo: «Se le debe exigir que dé un buen servicio en lo suyo». En su caso, que las investigaciones acierten. El resto es una función. «Si creamos empleo y pagamos impuestos, mejor», afirmó, pero lo que hay que exigir es que cumpla el objeto social para el que se creó.

Entre los falsos mitos está el de que el empresario, por no poner unas urnas, no se somete a la voluntad popular. «El político se somete a las urnas cada cuatro años y cualquier empresario se somete a la libre elección del consumidor cada día y cada ahora», recordó.