La Mezquita-Catedral de Córdoba recupera la capilla de San José libre de problemas de humedad

Como explico el arquitecto Francisco Rebollo, en 2022 se observaron problemas de humedades en la capilla, que derivaban de la falta de ventilación y también de la capilaridad. De inmediato el Cabildo Catedral proyectó los trabajos que garantizaran la estanqueidad de la capilla, pero que también evitaran los problemas de los elementos artísticos.

La capilla está compuesta por un retablo de entre 1715 y 1720, por el estilo, con columnas salomónicas, pero enmarcando a imágenes más antiguas, seguramente del siglo XVI. Son un Cristo amarrado a la columna y una imagen de San Pedro arrodillado y arrepentido tras haber negado a Jesús.

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En el ático está la pintura de San José con el Niño Jesús en brazos que da nombre a la capilla, y que sería una obra del siglo XIX. El estado del retablo no era bueno, porque se mostraba atacado por xilófagos, por los insectos y elementos que se alimentan de madera.

Llegaban a comprometer el anclaje del retablo a la pared, y los trabajos han consistido en «consolidar, limpiar y reintegrar todo el conjunto», tanto en el retablo como en las imágenes. Por eso se ha aplicado madera allí donde era necesario para eliminar las grietas.

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El Cabildo invierte más de 175.600 euros en recuperar los dos elementos

El trabajo del equipo de restauradoras dirigido por Anabel Barrena también ha supuesto la protección de las capas de policromía de todo el conjunto, realizado en una capilla fundada en el siglo XVI, en tiempos de Hernán Ruiz I, aunque con elementos que llegarían después.

De hecho, en el trabajo con el retablo se ha encontrado una inscripción que habla de su traslado en el año 1906, aunque nada más se ha podido averiguar de su origen. El Cabildo Catedral ha invertido 76.500 euros de sus recursos en este trabajo.

También se ha puesto de largo este martes la recuperación de uno de los contrafuertes de la galería nororiental del Patio de los Naranjos, que se construyó en el siglo XVI.

El también llamado machón, elemento fundamental para el sostenimiento de esta zona del monumento, presentaba exceso de humedad y señales del paso del tiempo, además de los efectos del empleo de materiales poco adecuados en una intervención en el siglo XX.

Eso había provocado la arenización de los sillares, que se estaban disgregando y habían perdido volumen, y llegaba a comprometer la estabilidad de toda la zona, todo también como consecuencia de la acción de la lluvia y el viento.

El trabajo dirigido por los arquitectos procedió a la limpieza superficial y a la retirada de elementos ajenos y cementos. Después se aplicó un tratamiento biocida a la piedra, para evitar vegetación y agentes que pudieran dañarla.

Quedaba entonces la reintegración material, para devolver el volumen con que tiene que sostener el peso de la galería noroeste. El Cabildo mostró el contraste entre el segundo machón, ya resturado, como el primero, y el tercero, que presenta los mismos problemas y en el que habrá que actuar ahora.

La institución capitular ha invertido 98.000 euros en la recuperación del contrafuerte, con lo que se garantiza la estabilidad en la galería porticada.