Faros humanos

A nivel político y social echo en falta «faros humanos». Por eso quiero compartir la alegría que me produjo avistar uno de ellos en el horizonte de España. ¡Hablemos de él!

Supe del magistrado del Tribunal Supremo Manuel Marchena al verlo actuar como presidente de Sala cuando, en 2017, se juzgaba a los responsables del golpe del separatismo catalán. Su actuación fue para mí, como profesional ejerciente que era en aquel momento, un verdadero ejemplo. Su comportamiento posterior, con todo lo que cayó sobre esa sentencia, demuestra la categoría humana y profesional de un hombre de Justicia. ¡Un hombre justo! Cuando ha cesado como presidente de Sala publica un libro con el título 'La Justicia amenazada', en el que entre otras cosas y como luz de faro nos avisa de los peligros que acechan a la sociedad española si perdemos la credibilidad en la Justicia. Si dejamos de confiar en los jueces, como pretenden desde la política con acusaciones veladas o hechos tan vergonzosos y nada democráticos como los ocurridos recientemente en Badajoz, podemos llegar a pensar, como dice el Juez Marchena, que los conflictos jurídicos se resuelven mejor en las redes sociales o a puñetazos. Si ese día llegara, Dios quiera que sepamos evitarlo, lo vamos a lamentar nosotros, nuestros hijos y nietos. Creo que sobran las palabras.

Que el ejemplo de este valiente ciudadano y ejemplar Juez, nos sirva a todos como referente para evaluar el camino que, como españoles y soberanos que somos, estamos haciendo o permitiendo que se haga en España.