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Pasar el rato

Hogar dulce y limpio

Fregona y cubo, y a dejar el estercolero como los chorros del oro

José Javier Amorós

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Córdoba es un hogar, calentito y gozoso, construido con esfuerzo y con amor por mucha gente de buena voluntad durante mucho tiempo. El que no lo respeta, no es digno de disfrutarlo. Vivir en familia crea obligaciones. A los jóvenes herederos de la casa, ... que se la han encontrado puesta sin ninguna colaboración suya, no se les pide otra cosa que no mear fuera del tiesto. Que es lo que han venido haciendo durante la pasada fiesta de las Cruces, según cuenta este periódico. Abochorna leer la noticia. La Policía Local ha impuesto 400 multas por botellón y por orinar en la calle. Mitad y mitad. Doscientos futuros ministros desbebiéndose por las esquinas alborotadas son mucha gente insoportable, incluso si sólo llegan a asesores. Doscientas meaduras de pata. Esas penosas inteligencias puestas en orden por la vejiga ignoran que a la fiesta se viene meado de casa. Y el que desprecia esta precaución y disfruta manchando el paisaje con su cerebro líquido, debe ser obligado por la autoridad a limpiar el paisaje con sus manos. Nada de multas y admoniciones policiales, que no traspasan esos corazones blindados de grosería, contra los que rebota la elegancia. Fregona y cubo, y a dejar el estercolero como los chorros del oro. Y hasta la próxima meada, camarada. Además, la multa. Así evitamos que les quede dinero suelto para el botellón.

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