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CÓRDOBA ENTRE LÍNEAS

Inmaculada Aguilar: «El flamenco es un veneno divino»

La catedrática de Danza española dejó los tablaos hace una década, sigue volcada en la enseñanza y luce la Medalla de la Ciudad desde hace un mes

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Aguilar, en la Posada del Potro VALERIO MERINO
Rafael Aguilar

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Lo que la vida le niega o le pone difícil a una madre puede estar al alcance de la mano de sus hijos si ésta se empeña en abrirles el camino correcto. La bailaora Inmaculada Aguilar, recientemente distinguida con la Medalla de la Ciudad, ... le debe a su progenitora una parte esencial de su éxito en el mundo del flamenco. Nacida en el Campo de la Verdad en 1959, la también catedrática de Danza española por oposición sintió muy pronto, siendo una niña pequeña, que lo suyo era el arte jondo. «Mi madre nos inculcó desde siempre el interés por la cultura y por el arte, y empezó a llevar a mi hermana Auxiliadora [hoy catedrática de ballet clásico], mayor que yo, a la academia de Maruja Caracuel: ahí me entró el veneno por el flamenco», resume quien en 1986 ganó el Premio Nacional de Baile Flamenco Encarnación López La Argentinita. Tuvo dos maestros que la marcaron: Luis del Río en Córdoba y, luego, Pepe Ríos Amaya (sobrino de Carmen Amaya) en Sevilla.

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