La hermandad del Resucitado de Córdoba ha salido al paso de las declaraciones hechas por el propietario de la taberna que sirvió los montaditos de pringá que, presuntamente, provocaron una intoxicación masiva, con una fallecida. Según el dueño del establecimiento, recibió un pedido ... de comida destinado a un evento privado que se celebró en las instalaciones de la hermandad situada frente al local donde se encuentra el local. Sin embargo, la hermandad aclara que «nosotros únicamente les prestamos el espacio».
Así lo apunta el hermano mayor, Francisco Mora, quien señala que «esta hermandad suele prestar sus instalaciones tanto a este hombre, que es hermano, como a la comunidad de vecinos cuando lo necesitan».
La toxiinfección alimentaria que afectó a más 72 personas (un de ellas falleció) se produjo después de que tomaran este clásico bocadillo en una taberna de la capital
En este caso, iba a celebrarse un cumpleaños «y como en otras ocasiones dejamos a la taberna nuestro cocherón, un espacio muy diáfano, pero nada más. Lo que haya habido de comida no es cosa nuestra».
Según confirman asistentes a la celebración, el propietario de la taberna ofreció a los comensales alojarlos en las instalaciones de la hermandad, al tratarse de un grupo numeroso. Y que contaron con camareros del establecimiento, que fue el encargado de organizar todo el evento.
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